Brasil-Argentina, una histórica rivalidad de 102 capítulos

Los duelos entre Argentina y Brasil son uno de los clásicos por excelencia en el fútbol internacional. Dos de las selecciones más laureadas de la historia, que viven este deporte con una pasión única y que, además, cuentan con la rivalidad de la cercanía geográfica. En la madrugada del jueves al viernes se producirá un nuevo capítulo de estos centenarios enfrentamientos, ya van 102 reconocidos por la FIFA, en un partido de las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.

Por números, el bagaje es ligeramente favorable a Brasil, que ha ganado 39 de estos partidos, por 37 que cayeron del lado de Argentina. El resto fueron 26 empates, lo que demuestra la igualdad cuando uno juega ante el otro. Los goles también están repartidos con 159 para cada combinado. Claro que más allá de los números, estos partidos dejan muchas historias únicas.

El mareo de Branco en Italia 90

Uno de estos episodios se produjo en el Mundial de Italia 90. Eran los octavos de final y la Argentina de Diego Armando Maradona, campeona mundial en el anterior torneo, se impuso por 1-0 gracias a un gol de Caniggia, tras un magistral pase del Pelusa en una contra. No fue un gran partido, pero esa victoria dejó fuera a Brasil y permitió a los argentinos progresar en un Mundial en el que serían subcampeones.
Años después el partido volvió a ponerse de actualidad, a raíz de unas declaraciones de Branco, lateral de Brasil, quien recordó la cita y cómo se sintió mareado al beber de una botella de agua que el banquillo argentino le había ofrecido. Maradona y Bilardo, jugador y seleccionador de la Albiceleste entonces, bromearon sobre el asunto, alimentando la leyenda y dejando la puerta abierta a la veracidad de lo denunciado por Branco.

Argentina 78 y polémico pase a la final

El de Italia 90 fue el partido más llamativo de un Mundial entre estas selecciones suramericanas, que no el único. Tres veces más se midieron en fases finales. Primero en Alemania 1974, con victoria de Brasil (2-1); luego en Argentina 1978, el Mundial celebrado bajo la dictadura de Videla y que conquistaron los argentinos, con empate (0-0); y la última en España 1982, cuando en la segunda fase se impusieron los brasileños (3-1) sin que a ninguno le valiera para pasar a semifinales.
Conviene detenerse en el Mundial de 1978 con un curioso episodio. Argentina y Brasil se jugaban el pase a la final en la última jornada de uno de los grupos de la segunda fase. Estaban empatados a puntos y el 'goal avarage' podría decidir. Lo llamativo es que la organización del torneo obligó a jugar a los brasileños tres horas antes. Vencieron a Polonia a 3-1. Con ese resultado, los argentinos jugaron su partido y su guarismo fue de 6-0. Los de Menotti pasaron a una final que luego ganaron ante Holanda.

Las finales de la Copa América

También son clásicos los enfrentamientos entre dos equipos en la Copa de América, aunque dos llaman la atención por encima de todos que son los que se produjeron en las finales de 2004 y 2007, dos de las tres veces en las que se han jugado el título en el partido definitivo. La otra se produjo en el año 1937 e incluso necesitó de un duelo de desempate para que ganara Argentina.
Especialmente emocionante fue el título que se disputaron en la edición de 2004 disputada en Perú. Los fallos de los argentinos D'Alessandro y Heinze en la tanda de penaltis dio el título a Brasil. El partido había acabado 2-2 y Argentina tuvo ventaja hasta en dos ocasiones. El gol del Kily González fue neutralizado por el de Luisao. El de César Delgado, en el minuto 87 que parecía definitivo, también fue empatado por Adriano en el tercer minuto de descuento. Más emoción imposible.

Una final de la que pudo resarcirse Argentina en la Copa de América de 2007 en Venezuela, en la que otra vez se volvieron a ver las caras. No hubo revancha en Maracaibo y Brasil conquistó el título con un 3-0 contundente. Julio Baptista, Ayala en propia puerta y Dani Alves anotaron los goles frente a una Argentina en la que ya aparecía Leo Messi.
Entre medias de esas dos finales se vieron las caras en la final de la Copa Confederaciones de 2005 en Alemania. Otra vez se llevó el gato al agua Brasil, que venció y además lo hizo con un resultado contundente (4-1). Adriano, por partida doble, Kaká y Ronaldinho fueron los autores de los goles brasileños, mientras que Aimar firmó el argentino. Aquel fue un partido con poca historia.

El primer enfrentamiento y las mayores goleadas

El primer duelo entre estos dos países data del año 1914 en un amistoso celebrado en Buenos Aires. Aquel día ganó Argentina con doblete goleador de Izaguirre y uno de Molfino. Sin embargo, la rivalidad futbolísticas entre estas dos selecciones tardó en tomar cuerpo. De hecho en esa época era el clásico del Río de la Plata, entre Uruguay y Argentina, el enfrentamiento de máxima rivalidad.
La Copa Roca, en honor del expresidente argentino Julio Argentino Roca, fue motivo habitual para los partidos entre Brasil y Argentina de una primera época. Un torneo que no tenía una periodicidad establecida y que disputó en doce ediciones. Lo más llamativo es que en esta competición se produjeron las mayores goleadas en estos emparejamientos. Argentina le endosó a Brasil un 6-1 en 1940; en el año 1945 la Canarinha devolvió la goleada, en este caso con un 6-2.

Los títulos, Pelé, Maradona... y Messi

La rivalidad de estas dos potencias futbolísticas no sólo se mide por los duelos directos, sino también por los títulos. Ahí se impone el palmarés de Brasil que acumula 5 Mundiales (1958, 1962, 1970, 1994 y 2002), por los 2 que conquistó Argentina (1978 y 1986). Claro que si se mide por Copa América es distinto, con 14 campeonatos para la Albiceleste por 8 de la Canarinha.
También la competencia entre unos y otros está en los nombre propios. Brasil presume de Pelé, al que la FIFA designó como el mejor jugador del siglo XX, por delante de Maradona. Un hecho que generó una tremenda polémica. Dos futbolistas irrepetibles y determinantes que marcaron la historia de este deporte. Claro que en este debate ya aparece Leo Messi en el siglo XXI, con el que los argentinos reclaman igualmente como el mejor de la historia.