Herrerín: "Valverde me dijo que el que no sale no falla, y que tuviera la cabeza alta"
Iago Herrerín es valiente en las salidas y en las respuestas. Veloz y sincero, sin fisuras. “La confianza del míster me la dio el otro día, ha hablado conmigo y me dijo cuando fallé que cabeza alta, que el que no sale, no falla”. Para añadir que no sería “un palo” pasar a la reserva: “Palo fue cuando me tuve que ir a Segunda B”, en referencia a su escala en el filial del Atlético.
“Reflexionas los dos primeros días, no puedes estar todos los días pensándolo. Es cierto que cuando acabas el partido te vas con sabor amargo, me fui muy descontento con mi actuación, pero tampoco le puedes dar muchas vueltas”, soterró el portero rojiblanco, que no estuvo muy lúcido ante el Celta en el bautismo de San Mamés. No se siente titular: “No, ni mucho menos, he jugado tres y uno Gorka, y este fin de semana podemos jugar cualquiera de los dos”.
Herrerín desconoce que si saldrá bajo palos ante el Espanyol en Cornellà, pero se siente un privilegiado aunque no fue refrendado por Valverde: “Pienso que no. Palo fue cuando me tuve que ir de aquí a jugar en Segunda B. Ahora no pensaba ni que iba a jugar”. El 13 del Athletic sostiene que “el míster ha sido valiente al ponerme ante el Celta, si él piensa que tengo que seguir juganso, genial y si me toca banquillo, a seguir trabajando”.
No piensa variar su estilo valiente y desenfadado: “Si estoy aquí, es por cosas como esas: salir, fallar y volver a salir. Esto ya no es Segunda ni Segunda B y lo tienes que tener más en cuenta. Son campos que más o menos tengo dominado y por eso me fastidia”. Iago entiende que ocupa un puesto muy especial, y que se paladean sus actuaciones en solitario: “Los porteros somos de una pasta especial y sabemos lo que hacemos cada uno”.
Asegura que no le falta entendimiento con la defensa y que el penalti que le pitaron ante el Celta fue demasiado riguroso, ya que fue el primero en tocar el cuero. Incluso lo ha defendido en su entorno más íntimo: “Llevo peleándome con los amigos y con la novia, les digo que no fue, para mí no lo es. Es un balón que va largo, le voy aguantando en el bote, saco las manos, le doy primero y después le arrastro a él, pero no puedes evitarlo”.