Un Athletic mutante salva la inexpugnabilidad de San Mamés (2-2)

 

Asís Martín IIIEnésima remontada del Athletic en San Mamés donde no supo ganar pero donde continua invícto. El equipo de Valverde pasó de estar 0-2 a poder vencer con claras ocasiones de gol desaprovechadas ante un rival muy serio. Un punto que sirve para empatarse con el cuarto antes de visitar este domingo el de momento inexpugnable Vicente Calderón. 

No diremos que la maldición la ha echado Pérez Montero, el único colegiado que no ha firmado victorias locales en esta Liga y ahí sigue su racha: 4 empates y 2 victorias visitantes, aparte de algún error en una complicada noche de Halloween. Por su parte se ve que los leones no han podido con los dos días de descanso extra que traían los levantinos ni han sido capaces de hacer valer la rotación del técnico de Viandar de la Vera.
Han tenido que ser los suplentes en la segunda parte, liderados por Beñat, quienes lograran recuperar el marcador e incluso estar en un tris de darle la vuelta. Lo cierto es que una vez más que se podía dar el salto a las plazas de Champions se ha dado la de arena y perdido una buena oportunidad. Ojalá no se lamente más adelante.

Con Iago, Muniain y Toquero como novedades atacaba el Athletic su nueva reválida en La Catedral. Y visto el primer tiempo está claro que el plan no funcionó. Y es que la puesta en escena no fue en absoluto brillante, los pases rojiblancos íban con calambre y un cierto desgobierno se apoderó de la escena. Lagarto, lagarto jugando en casa...
Así que la circunstancia fue aprovechada por Lombán para abrir el marcador a los 8 minutos en un córner en el que pudo rematar a placer ante la siesta de Gurpegui. Un sopapo que incluso pudo ser aumentado poco después con un tiro al larguero con el exterior de Fidel, un golpeo que la verdad fue digno de un crack.
No es novedad esta campaña que el equipo de Valverde esté obligado a remar contracorriente, pero sí ver la dificultad que encontraban sus hombres para hilar fútbol. Pero aunque sea una triste migaja. Imposible. No en vano les costó casi 20 minutos rematar (y tímidamente) sobre el marco levantino visto que nadie tomaba el mando de las operaciones. Aunque es justo decir que los de Escribá estaban bien situados y no tuvieron complejos incluso en probar las aptitudes de Iago Herrerín.
Los leones a falta de una línea coherente se tenían que conformar con aventuras individuales, pero es que hay noches en las que la inspiración se coge vacaciones. Sólo así se puede explicar la desaparición no ya de un currela como Mikel Rico, sino de los jugones Herrera o Muniain, o lo fallón que estuvo en esa primera mitad Susaeta. Tan mal lo veía el Txingurri que puso a calentar a Beñat, Aduriz y compañía antes de la media hora.
Toquero, invisible en solitario en punta, quiso dejar huella con una estética tijereta detenida por Manu, pero también Aaron a su vez estuvo en un tris de aumentar la desventaja obligando a Iago a hacer una buena parada al borde del descanso.
A la vuelta el encuentro íba a alcanzar su climax. Fue De Marcos el primero en entrar al césped sustituyendo a un Rico demasiado difuminado respecto a los encuentros precedentes. Y casi se estaba aún estirando el alavés cuando allí pasó de todo en dos minutos. Muniain perdonó a bocajarro un gol cantado que se fue arriba, mientras que Aaron terminó de echar plomo hirviendo en la chepa vizcaína al resolver un barullo en el área para hacer el 0-2.
Disgusto de ordago, claro, pero como la noche íba de magia negra basta que la cosa se pusiera tan chunga para que el Athletic rompiera amarras. Susaeta primero metía al equipo en el partido marcando un gol bastante más difícil que los que habían fallado Muniain y Herrera previamente. Fue el electro-shock necesario para cargar las pilas y volcarse ante el marco rival.
Las ocasiones se sucedían ante Manu con un público ya mucho más excitado a la espera de que el rival, muy correcto pero recién ascendido, pudiera dar síntomas de pirrilera escénica. Poco a poco se le fue embotellando, sobre todo cuando Valverde optaba por jugar con dos puntas reales, echando a De Marcos a la derecha unificando arriba la dupla Aduriz-Toquero.
El delantero donostiarra nada más salir íba a firmar el empate con un rotundo cabezazo de un córner botado por Beñat, que había ocupado la plaza de Herrera. Era, teóricamente, el subidón necesario para volar en busca de la victoria. Sin embargo los leones parecieron perder gas una vez lograda la igualada. A falta de cinco minutos el triunfo estuvo en la cabeza de Toquero pero Gaizka sumó su error a los de Ander y 'Bart', ya que tenía toda la portería a su merced.
En esa recta final lo más destacabale fue un posible penalti sobre Laporte que, increíblemente, se saldaba con... tarjeta para el defensa de Agen. Cosas veredes que llevaban al pitido final de un partido con dos tiempos absolutamente diferentes.