La estrategia apuntala la primera victoria liguera del Athletic

Hasta algún despistado seguidor de Finlandia de basket quiso comprobar in situ como viviría San Mamés su primer partido de la presente Liga. Pues seguro que salieron rumbo al BEC preguntando quién será ese Ibai Gómez que las pone tan bien. Había ganas de triunfo, aparcada la Champions y olvidado Mateu Lahoz, y el Athletic Club lo obtuvo tras derrotar a la UD Levante (3-0) con goles a balón parado y de cabeza de Aritz Aduriz y Ander Iturraspe, más la guinda en jugada de Iker Muniain. Los primeros tres puntos dan confianza y relax para afrontar un positivo descanso antes de visitar el Camp Nou y acoger al Shaktar en Champions.
Seguro que ambos los ponen bastante más difícil que un Levante que ha pasado con una imagen deplorable hoy por Bilbao, aunque los dolores de David Navarro les dejaron casi con diez los últimos 25 minutos. Pero en fin, cada uno a lo suyo.
El Txingurri, pese al parón por los compromisos de la selección, optó por cambiar un tanto de caras, y dejó en el banquillo a Gurpegui y a Susaeta, tomando sus plazas el internacional de nuevo cuño Mikel San José e Ibai. No está claro que el banquillo permita muchas probaturas más así de golpe. Lo cierto es que el equipo había entendido la necesidad de ganar y, mientras pudo, salió en tromba a por la portería de Jesús. Muniain, de falso interior, se entendía bien con el pulmón De Marcos para que el alavés llegara hasta la línea de fondo y crear desequilibrios en la zaga hoy verdosa.
Con la inoportuna lesión de Nikos en los compases iniciales tuvo que convivir un Levante que se veía superado por los rojiblancos sin excesivos esfuerzos. Pero fueron poco a poco echando arena para ralentizar el juego. No crean que hicieron nada más en 90 minutos.
El trabajo granota era más bien de presión constante, de currelo de zapa, ya que sus dos medios centros prácticamente no la olieron en el primer cuarto de hora.
Pero en fin, que tampoco es que el Athletic diera un espectáculo, eh. El ritmo era premioso. En el minuto 13 llegaba la primera buena ocasión local tras una internada de Ibai cuyo servicio Aduriz estuvo en un tris de enviar a la red. Es raro que falle el donostiarra esos remates de cabeza pero también es cierto que el central supo agobiarle lo suficiente. Lo cierto es que sabía a poco un único tiro acostumbrados el pasado curso a ese equipo flamígero que achuchaba a sus contrincantes como lobos.
Ya en el 21' la dupla Muni-De Marcos generaba una clarísima ocasión que sin embargo el meta Jesús Fernández supo tapar en boca de gol, Aduriz vio la noche muy oscura, sin espacio más que para meter tímidamente el pie. Algo después acertaría pero su diana fue justamente anulada porque se encontraba en posición de fuera de juego. Pero ya se le veía que había arrancado la máquinaria, que entraba en calor, aunque era lo único que se podía crear ante la argamasa dispuesta por Mendilibar. Era un partido feote feote en el que el equipo bilbaíno tuvo que tirar de agallas para irse arriba.
Bendito balón parado con Ibai
Y ahí fue la estrategia, como ante el Nápoles, la que permitió abrir la lata y posteriormente consolidar la brecha. Primero con un cabezazo de Aduriz al saque de Ibai del que fue el primer córner del partido... ¡y eso que habían pasado 31 minutos! Un rédito más que positivo el 1-0 visto un primer tiempo pestoso que dirían los ciclistas, en el que fue difícil ver buenas circulaciones de balón. De hecho los leones llegaron algo tiesos al descanso propiciando un crecimiento de los visitantes que forzaron alguna contra y algún saque de esquina, sin inquietar en exceso pero sí haciendo agradecer el camino a vestuarios. Lo único bueno era el gol anotado.
Siempre viene bien coger ventaja en el marcador por lo que a la vuelta el equipo de Valverde pareció ganar en confianza volviendo a llevar el balón a la banda. Ahí era donde nacía el peligro, y como siempre, sobre todo a través de los envios del omnipresente Ibai Gómez. En una falta lateral botada por el de Santutxu en el 51' llegaba el segundo gol en la carrera de Ander Iturraspe, que servía para encarrilar ya la diferencia sobre los levantinos y aportar tranquilidad al equipo y al graderío.
Tras ese 2-0 el encuentro iba a entrar en un pequeño impass ya que al Levante no le daba su fútbol pero sí su físico. Por tanto empujaba pero sin llegar a inquietar... Bueno, salvo al tobillo de Laporte cuando David Navarro sacaba la guadaña.  
Salen Unai López y Viguera, que debuta
No parece tarea fácil, pero si el primer periodo había sido malo, hubo ratos del segundo que daban ganas casi de beber vino peleón y picado porque hoy en comparación sabría hasta bien, el nivel visual del juego era para echar a correr. Valverde, zorro para estas cosas, a falta de Toquero como revulsivo, tiró de Unai López sabedor que aparte de sus ganas de niño con hambre de gloria, al público le ha entrado por buen ojo e iba a animar para que las cosas le salgan bien. Hay un interés general porque este chico tenga una buena progresión. Se palpa y además es lógico.
El tercero de la tarde, sin embargo, llegaba en un balón largo para Aduriz que habilitaba a su vez a Muniain para empujar a puerta vacía la sentencia definitiva y el premio a su bien inicio de temporada. Una goleada balsámica ahora que la competición para hasta el sábado día 13. La distancia inalcanzable dio también la opción de ver debutar en un costado a Borja Viguera, un killer, al menos en los dos últimos años, que el equipo necesita para no tener tanta adurizdependencia.
Los últimos diez minutos, con Gurpe de centrocampista, fueron ya para adornarse y permitir a la afición paladear las dos victorias de la semana. Un inmejorable estreno para el campo con sus 50.000 localidades. Habrá muchas victorias más.