Triste inicio de año del Athletic en Riazor

Cuando se pierde siempre se echa de menos a los que no están. Así la pirrilera de los centrales o los errores de Viguera, convirtieron en protagonistas a los que no jugaron este sábado en Riazor, como Etxeita y Aduriz. Sin el donostiarra no hay victorias, nunca, para un Athletic Club que pasa a coquetear con los puestos de abajo tras caer ante el Deportivo de A Coruña (1-0) con gol de Cavaleiro, y sumar un punto de los últimos 12. Flojísima imagen de los de Ernesto Valverde que tras desperdiciar sus ocasiones fueron un quiero y no puedo en este triste arranque de 2015.

Es evidente que las bajas eran de mucho peso, Aduriz y Muniain nada menos, pero no pueden ocultar que el equipo vizcaíno muestra su segundo peor registro goleador de la historia, sí, de la historia. Y eso no es de recibo en un club que ha estado en Champions hasta hace unos días. Alguien debería hacérselo mirar, más allá de sacar pecho porque la caja está llena de dinero. ¿Para qué? ¿Para esto?
En fin,... Lejos de las palabras valorativas de Toché, en la expedición vizcaína se tenía claro que su nivel es superior al de los gallegos, así que los leones saltaron con idea de asumir el mando del partido con su grupo de buenos peloteros. Se dominaba, se presionaba bien y tan solo el mal estado del césped le dio algún susto con las dichosas cesiones a Gorka en un buen arranque. De hecho Viguera tuvo unas ocasiones de escándalo que empero desperdició. Primero un mano a mano clarísimo con Fabricio tras un servicio maravilloso de Unai López que tan solo Undiano podía convertir en fuera de juego. Nunca lo fue. Y en el 17' errando de forma incomprensible otra opción a placer ante el meta local. Fue el adiós al oremus.
Tras errar las ocasiones adiós al partido
Fútbol es fútbol, decía Boskov. Demasiados perdones se pagan, más ante un Depor que se rehizo con un par de contras peligrosas de Toché ante una defensa muy adelantada, encima blanda, con un Laporte desconocido, y lenta por la zona de San José, al que buscaban la espalda con insanas intenciones. Cavaleiro supo sacar tajada a esa vía y abrir el marcador a los 24 minutos al batir por bajo a Iraizoz. Un gol que hizo mucho daño anímico y fue irrecuperable.
Las cabalgadas de Fariña, que se tuvo que ir lesionado, aprovechando las 'alegrías' de De Marcos fueron la otra 'migraña' de una primera mitad en la que no era de recibo ir perdiendo ante un rival muy justito de juego, y que incluso pudo aumentar la cuenta a través de Juan Domínguez. Malos síntomas para un Athletic que había ido bajando gas tras quemar Viguera sus cartuchos y Unai su motorcito. Si a eso sumamos el eclipse de Iturraspe y que Mikel Rico llevaba la manija (¿?), pues el disco sonaba a lo de siempre, a "Billy Joe en el aserradero" que cantaban Dinamita pa'los pollos. Esa fue la BSO del final del primer periodo.
Falta de intensidad
Se necesitaba un nuevo plan y la primera medida fue meter a Iraola por un Susaeta que no había llegado ni a intermitente. Un primer paso, que cambió la inercia, aunque la batalla del centro del campo pedía a gritos la entrada de Beñat, para poner orden o al menos algún buen balón para San José en estrategia. Rico, muy fallón, fue el sacrificado para jugársela en la última txanpa con pleno de jugones sobre el césped con Beñat y Williams ya en liza.
Pero más allá de nombres se echaba de menos garra, tensión en un equipo demasiado romo, que a uno le hace plantearse, aunque queda mucho por delante, qué rondará la cabeza de Valverde, no ya con la fecha electoral sino en junio. Williams y Viguera, ambos de cabeza, tuvieron las últimas oportunidades rojiblancas pero no pudieron paliar el daño hecho previamente. Para variar el Athletic inicia un enero más perdiendo. No dio más de sí a partir del minuto 25. El sabor de boca fue de lo más agrio. La próxima cita será de nuevo en Galicia y bien cerca, este mismo martes en Copa ante el Celta de Berizzo en Balaídos (17:00). Más vale mejorar.
@asismartin