Muniain: "Estos seis meses han sido un aprendizaje continuo"

Iker Muniain recibía el pasado lunes el alta médica, la noticia que llevaba esperando el atacante del Athletic Club desde que 98 días antes sufriera el trago profesional más amargo de su carrera profesional. Seis meses han pasado desde que el 4 de abril en el Sánchez Pizjuán tras una entrada en la línea de fondo de Ever Banega, el navarro sufriera la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Seis meses largos y duros, pero que han supuesto para Muniain "un aprendizaje continuo" que le ha permitido madurar como persona y valorar cada pequeño instante.

Es ésta la gran reflexión que se extrae de una entrevista difundida por el club rojiblanco, en la que el jugador de la Txantrea desvela sus sensaciones y sentimientos desde el momento de la lesión hasta su recuperación definitiva. "He aprendido a valorar muchísimas cosas, sobre todo las cotidianas: el simple hecho de salir a entrenar con todos los compañeros, tocar el balón, ponerte las botas, salir a correr,... Todo eso que cuando estás bien no lo valoras, y cuando estas fuera lo echas mucho en falta".
Reconoce Muniain que en el momento de la lesión se hizo "muchas preguntas: si todo volverá a ser como antes, si te recuperarás bien,.." Pero tuvo claro que el primer paso para superar este trance fue "asimilar en ese momento que vas a estar fuera y que es lo que te ha tocado". "Te tienes que quitar de la cabeza cuanto antes cosas como qué mala suerte tengo o por qué me ha pasado a mi. El primero paso para recuperarte es mirar de frente a la lesión".
Las primeras semanas fueron "las más duras". Muniain explica que pasó el primer mes y medio en Pamplona trabajando bajo la supervisión de Jurdan Mendigutxia, "de lunes a viernes, mañana y tarde; incluso hicimos una sesión de diez y media de la noche hasta las doce; una locura". Los malos momentos los superó mejor gracias a las "muestras de cariño y apoyo que me ha dado todo el mundo, mis familiares, mis compañeros, el club, los aficionados,…", que le dieron "muchísima fuerza" y se transformaron en "un subidón de energía enorme ".
El mejor momento de la recuperación llegó cuando pudo por fin tocar balón. Para Muniain fue "como una liberación que llevas mucho tiempo esperando”. Ahora, con el alta médica ya en la mano, sólo sueña con el día en que vuelva a vestirse de nuevo de corto en un partido. "Es un día que tengo en mi cabeza marcado porque será el día en que haya dejado atrás las malas sensaciones que tuve cuando me lesioné y el disgusto de todo la gente que me quiere. Será un día muy emotivo porque volveré a hacer lo que más me gusta hacer en esta vida, que es jugar a fútbol", afirma.
El lógico y humano que tras superar una grave lesión aparezca el temor a recaer o a volver a lesionarse. Muniain asegura que sí tiene "mucho respeto" pero "ningún miedo". "No tengo ningún tipo de miedo a entrar duro, correr, hacer giros. Sé que si me toca otra vez me volveré a levantar", asegura.
Durante su larga convalecencia, Muniain ha ejercido su otra faceta como rojiblanco, la de athleticzale. Como él mismo dice, "antes que futbolista soy aficionado al fútbol y aficionado al Athletic, y cuado no puedo jugar soy una aficionado más y trato de animar a mi equipo lo máximo posible".
El título de la Supercopa también le pertenece a Iker Muniain aunque no estuviera sobre el verde. "Profesionalmente hablando es la mayor alegría de mi vida, con diferencia. Ojalá podamos conseguir algún otro título dentro de poco".
Es el último deseo que expresa Muniain en su entrevista, a la que pone punto final con el mejor consejo que recibió tras su lesión. Se lo dio su padre. "Me dijo que todos los días hay un motivo para sonreír y, la verdad es que tiene razón. Siempre hay algo por lo que se feliz y por lo que sonreír". Y en ello sigue Iker Muniain.