¿A quién quita Valverde para meter a Ander Herrera?

Hay partidos planos, feos, horrorosos, que te 'provocan' hasta quemar la tablet por ese incesante tecleo que deriva en el incendio. Se empieza a escribir como si no hubiera un final porque la rabia es una sensación que no pierde la paciencia. Hay otros, en cambio, que por atractivos, bellos, virtuosos, provocan una suerte de alegría que te sume en un estado placentero en el que la palabra está de más porque sería incapaz de superar el fútbol en 'estado puro'. El Cádiz CF vs Athletic Club fue uno de estos últimos.

Terminado el lance, era tal mi satisfacción, que llegué pensar que jamás había escrito en máquina, tablet u ordenador. ¡Qué alivio! Al día siguiente, sin embargo, algo me obligó a retroceder hasta plantarme en el lugar de los hechos. En mi memoria ya asentada su figura, me dio por pensar en un Ander Herrera viendo el partido plácidamente sentado en la butaca de su casa.

Vaya por delante que el 'hijo de Herrerita' era mi ojo derecho cuando jugaba a las órdenes del 'Loco Bielsa'.

Uno de los medios centros creativos que la 'Catedral' bendijo hasta que, pasados tan solo tres años, se produjo un 'divorcio' unilateral aliviado con los 36 millones de euros que dejó en la caja de Ibaigane antes de trasladarse a 'Old Trafford'. El 'teatro de los sueños' en el que, dos temporadas atrás, dirigiendo a su elenco, logró que se pusiera en pie hasta 'Sir Alex Ferguson', santo y seña del Manchester United.

Pedido por Valverde. Traído por Jon Uriarte. Jugador del Athletic porque así lo confirmó él mismo al firmar en su contrato. Fui el primero en alegrarme por su llegada, como, del mismo modo, me habría alegrado si a Marcelo Bielsa le hubiera tocado entrenarle por segunda vez en su carrera. Yo no sé si Ander Herrera se imaginaba un 'Athletic de Valverde' jugando 'a lo Marcelo Bielsa', e incluso más.

Asistiendo al repaso técnico, así en lo individual como en lo colectivo, que se veía obligado a soportar el Cádiz por mor de un Athletic exquisito, Ander, así como a mí me sucedía, se preguntaría: "¿A quién habrá de quitar Ernesto para que en este 'once' entre yo?". Pregunta que se antojaba necesaria observando el proceder de los seis leones que se movían de la mitad de campo hacia adelante.

Teniendo en cuenta su condición de medio centro, ¿a Vesga que esta soberbio? ¿A Sancet, el 'unicornio azul' con el que se ha topado Valverde? ¿A Iker Muniain que cual 'pared' buscan sus compañeros para que el equipo tenga el balón a buen recaudo? Reparando en las bandas, así él como yo, ¿A Nico Williams, torbellino por la derecha? ¿A Berenguer, el fichaje mejor logrado?

Arriba, en lo más alto, desafiando al horizonte, ¿Acaso Iñaki Williams viendo el tremendo 'bakalao' con el que acaba de inaugurar un marcador que se iluminará hasta el número 4? Finalmente, extasiado viendo al Athletic 'bailar la rumba' en el 'Nuevo Mirandilla', no pudo evitar sentir una pena profunda al ponerse en la piel de uno de esos leones a los que su entrenador debería retirar para poder entrar él en el 'once'...

Y es que si Ander Herrera vuelve a ser 'uno de los nuestros' es porque Valverde, Uriarte y el 'hijo de Herrerita' así lo han querido.

Pero no 'uno más', sino 'uno de los importantes'. Ese medio centro "creativo" que reclamaba el mundo 'Athleticzale'. Ese 'jugón' "que hace jugar a sus compañeros". El 'visionario', en fin, "el que "filtra balones" con la intención de que alguno de ellos se convierta en el "último pase".

Viendo jugar al Athletic en el 'Nuevo Mirandilla', pensaba en Uriarte, en Valverde, 'duplicados' de Judas Iscariote obligados a besar a uno de sus queridos jugadores para que salieran de escena con las manos esposadas. Y en Ander Herrera, y mí, también, cómo negarlo. Fue entonces que en los ojos de Ander y en los míos se empezó a reflejar una tristeza infinita.

· Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista