Si el filósofo no cambia, ¿cómo demonios cambiará el Athletic su filosofía?

En cuanto filosofía -vocablo griego- es "amor a la sabiduría y al conocimiento", deberíamos traer a colación otra palabra a la hora de dar comienzo a estos debates que se tornan luchas encarnizadas cuando el Athletic ni siquiera es capaz de concretar el más nimio de nuestros sueños. Escojamos 'nutrición'. De nutrirse. ¿Qué tipo de atributos deberían poseer estos futbolistas en los que todo dios sueña cuando al primer equipo masculino le vienen mal dadas?

Y si lo filosófico está más arraigado que la barba en la cara de Asier Villalibre, aceptemos 'filosofía' como 'alemán' de compañía. Alemán, se ha dicho. De alemanes como Jupp Heynkes sabe San Mamés, y de cachorros de Lezama, Nico Estéfano. De un arco sin colores. De llenar un álbum de cromos. Países y  Costumbres. Ya lo dijo Josu Urrutia: "vivimos en un mundo cambiante que edifica sociedades en menos que canta un gallo.

Cuando nos reunimos en Bucarest para discutirle a Simeone la UEFA, la filosofía no era sino una moneda lanzada al aire. Si sale cara, la vida; si cruz sale, la muerte. Y como no concursaba aquello de 'por el canto de un duro', nos volvimos a la Catedral para suplicarle al santo que nos aliviara un trozo nimio de aquella tristeza infinita que nos inundaba por haber cometido la osadía de querer construir nuestra propia 'torre de Babel' con 'Puppy' de vigía en su caseta floreada.

Dispersados por el mundo en tan solo una semana. Confundidas nuestras lenguas, no había dios que se entendiera con el que tenía al lado. Aprendimos enseguida lo más terrible, y lo hermoso nos costó la vida. ¿Quién le mandaría, quién, a Josu Urrutia reunirse con Marcelo Bielsa  a jornada completa? ¿Y si en aquella final, en vez del 'Loco', hubiera sido Joaquín Caparrós el que se hubiera sentado en el banquillo? Porque luego de un futbol tan excelso, a la hora de la final, ya se dijo: "no se juegan, ¡se ganan!" Con el primer entorchado europeo en las vitrinas del museo de la Catedral, ¿se estaría hablando de filosofía a estas alturas de la historia de un Club centenario y un cuarto de siglo más?...

¿Se hablaba de filosofía cuando el equipo se recogió en puestos Champions con motivo del parón por el indigno Mundial de Qatar? ¿Se hablaba de filosofía cuando Marcelino estaba armando una nave capaz de viajar al pasado y al futuro del Athletic? ¿Cuándo el de Careñes no consintió que a sus leones los hirieran más allá de los 25 goles? ¿Cuándo era un bloque sin fisuras que se movía al ritmo del acordeón de Argote y la trompeta de Villalibre? ¿Cuando, si no hubiera mediado tanto empate que "atolondraba", el Athletic habría sido capaz de colarse en la élite sin corbata o pajarita?

Y si todo respondía a un plan bien urdido, por qué demonios expulsar a Marcelino de su paraíso de Lezama? Una víctima más. Un cadáver. "Cada vez cadáver". Fito, cumpliendo el sueño de llenar San Mamés a cambio del desalojo de Marcelino García Toral. ¿Era necesario sacrificar al asturiano, señor Uriarte Uranga? ¿Por qué rechazar la mano tendida de Elizegi? ¿Se trataba del Laberinto, Ariadna, Teseo y Minotauro muerto a cambio del regreso de Txingurri tumbado en una cama?

¿Sería capaz de decirnos a aquellos que votamos a Bielsa por qué le impidio al técnico astur que completara el ciclo mágico de 2 + 2 son cuatro? ¿Tan nocivo era el pan y el vino de Marcelino? Ya no habrá una segunda etapa de 'Marce' al frente del Athletic. Como tampoco Bielsa sabrá cuan de cómodo es el banquillo del Athletic aunque  lo rechace para dar pasitos u observar el juego en cuclillas. Y Valverde, sin embargo, como si el Athletic sin él fuera todo naufragio. Y ha resultado que, con él, ha sido terminar la temporada y sentirse azuzados los leones como nunca lo habían sido. "Txalos y todo nos hiso desde el balcón una vieja". Pitos y flautas.

Qué pensarán. Qué tipo de monstruos visitarán sus sueños. Libros de Sócrates y Kant el día de sus cumpleaños. Y resulta que en Madrid hay 'Un León en el Foro'. Mara Torres lo invitó a que se acercara una noche a 'su Faro'. "En mala hora", pensaría la periodista madrileña de 'La vida imaginaria'. "Partimos del mar para llegar a un Faro: ¿Qué seudónimo escoges en tu condición de 'gatopardo'? "Cardenal", respondió el jarrillero.

Fue lanzarle la primera pregunta Mara Torres y arrepentirse de haber invitado a su 'Faro' a un filósofo de la talla de Javier Sádaba. Filosofía sin anestesia en las madrugadas de la SER. Hay una periodista abrumada... y un filósofo implacable a la hora de defender la filosofía del Athletic: "Que aunque filosofía no se diga ni se haga, ¡la filosofía del Athletic no se toca!". Palabra de Javier Sádaba. El filósofo jarrillero de 'el Ojillo'. El filósofo del Athletic. "Caso único en el Mundo". Y si el filósofo no cambia, ¿cómo demonios cambiar el Athletic su filosofía?

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista