Tarea en el Athletic y el fútbol: eliminar el lastre de racistas e ignorantes, valga la redundancia

Sí, sí, ya lo sé perfectamente… El racismo, la ignorancia, la falta de cultura y educación, la agresividad a flor de piel no son valores intrínsecos del fútbol, sino que por desgracia están imbuidos en la sociedad y seguramente en la mayor parte del mundo entero. Lo que pasa es que el escaparate mediático del balompié se ve como ninguno. A ello no es impermeable el Athletic Club.

El conjunto rojiblanco, que acostumbra a dar una alta nota en valores, con representantes como el ya retirado Oscar de Marcos, como estandarte de lo que es una buena persona aparte de un gran profesional, sufre en sus carnes (llámenle entorno) también algunas de las lacras de la vida moderna. O igual no tan acotado en el tiempo, seguramente esas lacras han estado ahí durante siglos.

Viene esto al caso porque las reacciones en redes sociales de algunos 'aficionados' o presuntos aficionados al menos con la convocatoria de Maroan Sannadi por primera vez con la selección de Marruecos, le deja uno con los pelos como escarpias.

A fuerza de dar la vara es hasta entendible que haya mucho botarate que por envidia, desconocimiento, pura fobia... se meta con la filosofía del Athletic, use lo de 'el Bilbao' para jorobar o le parezca mal cualquier cosa que haga la entidad de San Mamés.

Pero resulta bochornoso cuando alguna vez comentarios absolutamente lamentables y fuera de lugar llegan incluso de algún athleticzale anónimo, que parece que no ve con buenos ojos cómo ha cambiado demográficamente el mundo y la sociedad, la vasca, vizcaína y bilbaína también, por supuesto.

En fin, un reto más, aparte de competir la temporada que viene en cuatro competiciones de nuevo, con el salto cualitativo que supone la categoría de los rivales que la plantilla de Ernesto Valverde va a tener que afrontar en la UEFA Champions League, es ir poco a poco cribando de tontos el mundo del fútbol.

Si desterramos peleas, racistas e ignorantes, valga la redundancia, seguro que todos vivimos mejor y podemos ir al fútbol y ver las redes sociales con mayor tranquilidad e higiene mental. Hoy en día, de momento, algunos las convierten en un vertedero de bilis y generan vergüenza ajena.