El Athletic, Iñigo Vicente y el 'Club de los treinta' de Aduriz y Galarreta

Me sorprendió que fuera él el que lo dijera. Su nombre de 'elegido' en el Athletic Club. Apellido del que combate la guerrilla hasta ejecutar a balazos al insurgente en el espesor de la selva boliviana. Titulado en impartir la docencia desde el colegio hasta el graderío de la Universidad. Voz autorizada, en fin. Provoca polémica y genera opinión. Sienta cátedra. Mil campos lo han visto en mañanas de agua, viento y frío. Intempestivas. Tal vez protegiéndose bajo el paraguas de Nico Estéfano, el 'sabio de Lutxana' [con el que gané el Trofeo Hierro], o compartiendo gabardina gris con Blas Ziarreta, el 'visionario de Mamariga'.

Son legión las personas que esperan con ansia el día, la tarde, la noche de su aparecida. Porque yendo a misa lo que dice [evito su nombre], se liberan del madrugón, la hostia y el sermón. Como si no cometiera error, fe ciega en la búsqueda de Google y el relato de Wikipedia.

"Hay los que, como Aritz Aduriz, capullo de rosa son que se abren tarde, flores que se demoran en el jardín de la treintena". "In the garden" cantó para mí Van Morrison en las "Noches del Botánico" madrileño.

Caso similar al de Iñigo Ruiz de Galarreta, 'Galaxy', al que San Mamés protege como si deseara que su carrera fuera a la inversa.

El tiempo retrocede violento para ser uno con Marcelo Bielsa, el 'loco de Rosario' bautizando y confirmando a "Ruiz", el "4" de aquel Athletic que debería haber liderado junto a Ander Iturraspe, mientras, o a la espera del estallido de Ander Herrera, breve fulgor el del 'hijo de Herrerita' que precedió a su marcha, o a la huida.

Entre lesiones y cesiones, el Athletic mercadeo con el de Eibar, el 'jefe' del medio campo, hasta desprenderse de él para que hiciera la guerra por su cuenta en equipos de segundo nivel. Tuvo que mediar el RCD Mallorca, vidas paralelas, para que el Athletic se diera cuenta de qué clase de futbolista había despreciado durante más de una década.

Me vienen a revelar que Aduriz no fue 'Zorro' en verdad, 'bakaladero' de oficio, hasta que se convirtió en regalo que el fútbol le hizo al Athletic con motivo de su trigésimo cumpleaños. El que lo dice es 'doctor honoris causa' por la Universidad de los 'campos de Dios y otros demonios', donde la hierba artificial es el barro de la 'Uni' de entonces, y la arena del Maiona de ayer. No haya voz que contradiga la teoría falseada de que "Aduriz solo fue un león de verdad con los treinta años cumplidos".

No hay debate, polémica, nadie que le corrija, escrito estaba que "Aduriz le daría goles al Athletic a partir de los treinta años", cuando el fútbol le empezó a brillar en la maravilla de sus ojos. Me sorprende que el que comparte nombre con el 'Enviado' resbale como si el suelo del estudio que pisa lo hubieran embadurnado con el sebo que cubre el palo de las cucañas, o con pastillas de jabón, Tximbo o Lagarto, en las viejas casetas de La Florida.

Silencio. Se rueda. Corre la pelota en un campo de Lezama cuando Fernando García Macua delata con un beso a Aritz Aduriz para que el Real Mallorca tenga claro quién es el hombre que se lleva a cambio de cuatro millones de euros que deposita en las arcas del Club de Ibaigane para ayudarle a paliar la deuda contraída por el estrambótico 'caso Zubiaurre'.

Obligado a vender, la directiva puso sobre el escenario a su delantero más cotizado. Joaquín Caparrós, voz de su amo, esparciendo basura sobre el verde jardín del Zorro, se vio obligado a confesar que "Aduriz está tapando la progresión de futbolistas tan virtuosos como Íñigo Vélez"; es un ejemplo.

Cuando "Pérez estuvo" por segunda vez "en Mallorca", se trajo una postal de la tienda oficial del Club con la cara pecosa del futbolista al que el Athletic, su equipo del alma, lo había expulsado de la casa de su padre. 2008-2010. Dos cursos en el RCD Mallorca. Adeudado con el Athletic, el Club bermellón traspasó al ariete del Antiguo al Valencia CF. Junto a Soldado, lideró con éxito la vanguardia al grito de "Amunt... Amunt"...

Un tercer tanto con el equipo 'che' le sirvió  para derrotar al Athletic.

Como en coyunturas anteriores, Jose Iragorri, el dardo en la palabra, le puso en un brete a Caparrós: "Joaquín, otro gol de Aduriz". "Nos alegramos por él, es un gran futbolista". En junio de 2012, Josu Urrutia, en el último año de Bielsa, recuperó a Aduriz para fortalecer la plantilla. Hasta 2020, regalándole a San Mamés un fútbol que cerró con broche de oro aquella noche en la que adoptó la posición horizontal para cortar con su tijera las redes de Ter Stegen. El envío, perfecto, lo firmó Ander Capa al borde de la línea de fondo.

La historia es la profecía que otros anuncian para que la dirección deportiva del Athletic esté alerta. Aritz Aduriz, que ya era Zorro antes de que Macua le abriera la puerta para que hiciera 'zorrerías' en el exilio. Galaxy, "Ruiz", el "4" de Marcelo Bielsa.

Como ya se dijo en el monográfico sobre Íñigo Vicente, que tanto revuelo está causando en los 'Campos de Sport' del Sardinero ["Luis, no seas cabronazo, que nos quitan al mejor jugador que tenemos"], cuando el 'Mago de Derio' esté para cumplir los treinta años, será invitado a formar parte del 'Club de la treintena'.

Así se las gasta el Athletic con los futbolistas a los que el talento se les cae hasta las espinilleras. A la espera de que se cumplan las promesas que dejaron en el aire cuando el Athletic les echó de la casa de su padre.

• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista del Club Portugalete