La pasión de un niño athleticzale aceleró la renovación de Nico Williams

La expedición, liderada por María Arthuer, ama de Nico Williams, embajadora del Athletic Club, cruzó la Ría a la altura de Deusto. Cargó la nave de víveres en la península de Zorrotzaurre, en Bilbao. Olabeaga estaba muy cerca. En su orilla, atracada, la Gabarra que remontó la Ría en esa gloriosa tarde que se convirtió en recuerdo que no deja de suspirar por el corazón de Iker Muniain. Pisando 'territorio noruego', la nave entró en combustión hasta quemarse completamente. Una cuesta empinada y, ya en lo alto, la comitiva se dirigió a San Mamés para su asalto. Alea jacta est.

Todo sucedió en la mañana del 4 de julio. Nico Williams Arthuer ponía fin a una historia que llegó a incomodar a la directiva del FC Barcelona y al universo Athleticzale. Más fuera que dentro había estado el 'Cohete de ébano' desde que Can Barca, mediante su 'Deco-dificador', se internara en la selva para cobrar la pieza que creía suya. Y cuando parecía que Nico Williams vestiría de blaugrana este próximo curso, desde Inglaterra, el detonante que puso el litigio patas arriba.

Un chivatazo. Un boca a boca. Se trataba de que Iñaki Williams y Patricia, Félix Williams y María Comfort Arthuer, Félix Tainta y Nicholas Williams Arthuer estuvieran atentos a la parrilla de ETB 2. Por la noche. 'Vascos por el mundo'. Inglaterra. Cerca de Londres, una pareja compuesta por un hombre vasco, una mujer griega y el hijo de ambos.

En inglés y griego se expresaba de manera brillante un niño de cinco o seis años. Vestía camiseta del Athletic. Sin dorsal. Como si estuviera a la espera. A la espera de qué. De momento, a una pregunta: '¿Quién es el jugador que más te gusta?' Sin especificar. Tanto del Athletic como del mundo. "Nico Williams", contestó el niño sin espera ni duda.

Los porqués de Nico Williams

Del mismo modo que yo me hice cargo del peso de la respuesta, se lo estaban haciendo en la casa de Iñaki y Patricia, en la de Félix y María, y, sobre todo, en la de Félix Tainta y Nicolás Williams.

Al otro lado de la pantalla, la ilusión de un niño que creía en los Reyes Magos. Qué habría sido de él si, ya con Williams JR en su espalda, hubiera visto corretear por el verde de San Mamés a su Nico Williams idolatrado ataviado con la camiseta blaugrana. No se lo podría creer. Los Reyes, definitivamente, serían los padres.

Fue tal el impacto causado por el niño en la casa de Iñaki, en la de sus padres, y, en especial, en la de Félix Tainta y Nico Williams, que el sentimiento de pertenencia salió a flor de piel. La pasión tomó su cetro y las ganas de dispararon. "No le podemos fallar a este niño", se dijeron. "Porque si lo hacemos, millones en el mundo, como él y ella, se sentirían traicionad@s".

Fuera de plano el niño de padre vasco y madre griega, en el dorsal de  la camiseta del chaval que adoraba a Nico Williams alguien, sin ojos ni manos, escribió el nombre del futbolista que en ese preciso momento estaba pactando con Félix Tainta el acuerdo definitivo que le uniría a Nico con su Athletic. En contacto con el 'vasco por el mundo', me prometió que jamás le hablaría a su hijo de dinero. De la pasta gansa que se aseguraban Nico y su representante.

Total, para qué, si el Reino Unido se desmarcó de Europa con el Brexit. Si en la casa de 'Vascos por el mundo' no saben de los millones de euros que se repartieron en la operación.

Porque en la isla que roza la Irlanda de Van Morrison se manejan con libras esterlinas. 100 peniques. 1,16 EUR al cambio. Más pasión. Más ganas. Más de todo, que diría Joan Gaspart. Mientras en Inglaterra, feliz, dejamos al niño que obró el milagro, Ernesto Valverde iniciará la pretemporada con su futbolista más mediático. A su lado, sin meter ruido, Oihan Sancet, el jugador más caro de la plantilla.

• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista