Courtois, traidor y héroe
No ha sido el derbi un partido de goles, pero sí de porteros. El Atlético de Madrid se estrelló en un gran Thibaut Courtois en la primera mitad hasta en dos ocasiones. El Real Madrid se topó con Oblak en una de sus pocas llegadas claras, a pesar de que tuvo mucho dominio. Era precisamente Courtois uno de los jugadores sobre los que recaían los focos antes del partido, recordando su pasado colchonero.
Hace apenas cinco años, Courtois lloraba de emoción en el Bernabéu. Llevaba una camiseta amarilla y el escudo del Atlético bordado en el pecho. Había recibido un mecherezo desde la afición blanca en un partido, la final de Copa de 2013, que sirvió para poner fin a una racha de 14 años sin victoria del Atlético en los derbis. El colegiado pitó el final aquel día y Courtois se pegó una carrera desde la portería sur a la norte. Se lanzó de rodillas ante la afición del Atlético e incluso se echó a llorar de emoción. Él había sido uno de los grandes héroes del cuadro rojiblanco, que logró su décima Copa del Rey.
Este sábado, en cambio, Courtois lucía la camiseta del Real Madrid. El belga argumentó que quería regresar a España por sus hijos, pero no dudó en besarse el escudo madridista una y otra vez en su presentación. Aseguró que era su deseo desde pequeño, que siempre había soñado con jugar en el Bernabéu. Y en el derbi, se encontraba por primera vez bajo palos ante su ex equipo, ese que le dio todo.
Lo hizo, además, siendo el mejor jugador del partido. En una primera mitad de claro dominio rojiblanco, Griezmann primero y Diego Costa después tuvieron dos mano a mano ante Courtois. El belga sacó el disparo del francés con la cabeza. El derechazo de Costa, sacando bien abajo la mano. Dos ocasiones más que claras que podrían haber puesto por delante al Atlétio y cambiar por completo la tónica del partido.
Define la RAE el concepto 'traidor' como "falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener". Courtois presumió de lealtad durante muchos años y hace apenas seis meses fue ovacionado en el Metropolitano. En cambio, se volvió infiel, desleal, en ese mismo momento en que besaba una y otra vez ese escudo blanco. Había sido héroe rojiblanco; este sábado, héroe blanco. Pero ante todo, la afición del Atlético sabe que siempre será un traidor.