Después de que el Atlético lograse una victoria agónica en el descuento en San Mamés, los de Simeone consiguieron marcharse al parón de selección sin la catástrofe de empezar la temporada con más dudas que un balance positivo. El club invirtió en fichajes estrella y, a partir de la semana que viene, el equipo deberá responder con siete partidos en apenas 21 días antes del próximo compromiso de partidos entre selecciones.
Un calendario con partidos asequibles pero también otros muy peligrosos en los que ya hay en juego el rumbo de la temporada. Aunque aún están a expensas de que todos sus internacionales vuelvan en buenas condiciones, la primera colina llegará el próxima domingo 15 ante el Valencia en el Cívitas Metropolitano. Un rival engañoso teniendo en cuenta la delicada situación que viven los de Baraja, últimos sin conocer la victoria y con apenas un punto de doce posibles.
Sin embargo, lo más duro viene después del partido ante el conjunto ché. Con apenas tres días de descanso se estrenarán en el nuevo formato de la Champions League, que tendrá más partidos hasta ahora al cambiar el formato de fase de grupos por la liguilla. Ahí seguirá en la capital para recibir al Leipzig, equipo que le apretó las cuerdas al Real Madrid en octavos de la pasada edición.
De ahí, con el mismo tiempo de pausa, tendrá dos citas ligueras seguidas fuera de casa, primero en Vallecas para medirse ante el Rayo y luego a Balaídos contra el Celta de Vigo.
Después llegaría el primer partido fuera de la temporada: el derbi. Aunque aún es pronto para sacar conclusiones del nivel al que llegarán los dos, se trata de un duelo directo con el eterno rival y por la lucha de la zona alta de la clasificación. Aunque fueron los únicos que fueron capaces de vencer al Real Madrid el curso pasado (vencieron 3-1 la última vez), jugar contra los merengues siempre requiere un esfuerzo extra.
Con la resaca del derbi tendría que viajar a Portugal para jugar la segunda jornada de Champions contra el Benfica. Dos citas europeas que necesitan el pleno de victorias teniendo en cuenta que en el horizonte le esperan rivales como PSG y Bayer Leverkusen.
Y, por último, tendría que volver a viajar para jugar en Anoeta ante la Real Sociedad, otro hueso duro de roer, la línea de meta antes de que vuelvan a celebrarse partidos de selección. Una calendario desafiante en la que se pondrá a prueba de si verdaderamente el Atlético está listo para dar un salto de calidad.