Sin victorias no hay paraíso
El Cádiz no pierde, pero tampoco gana. Y eso hace que va a llegar a las tres últimas jornadas con muchas dudas porque el equipo no es capaz de convertir esa competitividad en victorias. Tampoco fue inferior al Osasuna, un equipo casi de Primera, pero no le llegó para llevarse los tres puntos.
El partido fue muy abierto desde el primer momento. El dominio lo llevaba el Osasuna, pero el Cádiz estaba muy intenso y salía con cierto peligro. El primer disparo llegaría a los 11 minutos con un disparo cruzado de Clerc que detuvo Cifuentes en dos tiempos. Seis minutos más tarde fue Rubén quien rechazó una falta lanzada por Aketxe.
El equipo iba hacia arriba con mucho corazón, pero no sorprendía casi nunca. Sí penalizaba las pérdidas de su rival y a la media hora Álex tuvo un buen disparo desde fuera del área que se marchó alto. No pasaron muchas cosas en el primer tiempo, quizá por el peso de lo mucho que había en juego.
El Cádiz generaba peligro únicamente a balón parado. Aketxe tuvo una buena opción al filo del descanso con un lanzamiento muy lejano y estuvo cerca de sorprender a Rubén. Tuvo más llegadas que su oponente, pero sin ocasiones muy claras para ponerse por delante.
En el inicio de la segunda parte se creó una gran ocasión por un mal despeje de Aridane, horrible toda la tarde. El balón le quedó a Querol, pero su remate chocó contra las piernas de otro defensor. Torres puso la réplica a renglón seguido con un disparo seco que obligó a Cifuentes a hacer una buena intervención en el minuto 51.
Era un partido muy plano y Cervera quiso agitarlo. Para ello metió a Salvi y Rennella con media hora por delante y dio la sensación de que algo cambiaba. Con el sanluqueño percutiendo por la derecha ya no era un equipo tan previsible. Pero fue el Osasuna quien rozó el gol con un remate de cabeza de David García en el minuto 62. Estaba solo y se le marchó fuera.
Cervera seguía arriesgando y quitaba a Álex para meter a Vallejo. Mucha gente ofensiva , con Aketxe de mediocentro, para buscar un gol que le diera oxígeno en su pelea por el play off. El Osasuna tampoco exponía mucho, sabedor del peligro del Cádiz si le dejas espacios para correr.
El partido se encaminó al último cuarto de hora con la sensación de que a los visitantes les iba bien con un escenario de empate, mientras que el Cádiz no tenía continuidad en su juego para encontrar la portería contraria. El Osasuna era en el tramo final quien salía a la contra y Perea tuvo una gran ocasión, pero el balón se le marchó alto después de una clara falta no pitada sobre Jairo. En el tramo final el Cádiz no fue capaz de inquietar a Rubén y la cosa quedó en un empate que sabe a muy poco no por el rival que estaba enfrente, sino por el ritmo que se necesita para acabar entre los seis primeros.
