Qué bonito está mi Cádiz: la alegría volvió al estadio
Ganar en casa era una ilusión del cadismo y ha tenido que ser cuando la ciudad está disfrutando de un Carnaval callejero tan alternativo como auténtico. El Nuevo Mirandilla volvió a disfrutar con una victoria en una grada llena de disfraces y del buen humor que nunca falta.
La fiesta del final del partido era lo más esperado. Se cantó el clásico "qué bonito está mi Cádiz..." y los jugadores celebraron con todo el estadio un resultado que lo reactiva todo. "Sí se puede", canta una afición que ya se ha olvidado de los últimos sinsabores.

En el primer tiempo el cadismo no pudo disfrutar mucho porque el equipo estuvo más espeso de lo habitual. Todo cambió en la segunda mitad, cuando llegaron los goles y la esperanza de cantar de nuevo una victoria.
En el tramo final del encuentro había que sufrir. El miedo a perder el tesoro más preciado hizo que todo el estadio estuviera conteniendo la respiración. Y cuando en el tablón apareció que eran siete los minutos de la prolongación más de uno se quiso morir. Pero llegó el final y con él, la victoria más deseada.