El debutante Leganés destapa las vergüenzas del Celta

Cariacontecida se ha quedado la parroquia viguesa congregada en Balaídos. Si el resultado es malo, la imagen del Celta rozó el esperpento en muchos momentos. El celtismo se había acostumbrado a que su equipo empezase las temporadas montado en un cohete, pero entre la Eurocopa, la Copa América, la ausencia de Nolito y la tardanza en los fichajes a este equipo no lo reconoció ni su propio entrenador. Mal resultado, peor imagen, toca reflexionar.

Sorprendía Berizzo con su convocatoria, no por la ausencia prevista de Cabral si no por la falta de Pape, con la baja de Radoja, se intuía que el once iba a contar con sólo dos medios. Durante los primeros 45 minutos esta apuesta ofensiva no funcionó, el equipo se mostró inconexo, dando facilidades atrás en forma de regalos, que otro equipo de mayor nivel hubiese aprovechado, y poco resolutivo arriba. Y es que las oportunidades que supieron generar los de Berizzo, gracias a su calidad, es de lo poco salvable del primer tiempo.
La primera ocasión de la temporada en Balaídos fue para el Leganés en el 13, anteriormente los vigueses amasaban la pelota sin generar absolutamente nada, un centro al área chica que Sergio no supo atrapar de primeras llevó el miedo a la afición olívica. Tras esa oportunidad los locales cayeron en barrena, dejando el control y las ocasiones de gol para un Leganés había mutado su timidez inicial en cierta valentía. Tuvo que ser Aspas en el minuto 22 el encargado de despertar a sus compañeros, una genialidad del moañés, una jugada absolutamente deliciosa no acabó en gol gracias a la mano salvadora de Serantes cuando el esférico se iba a alojar en las redes gracias a una vaselina.
A partir de ahí el equipo mejoró, siguió sin combinar con precisión y ofreciendo errores infantiles en defensa, pero las ocasiones llegaban. Orellana empezó a manejar la pelota y Bongonda, errático, buscaba la espalda de Víctor Díaz. Tras varias oportunidades de gol, Aspas volvió a gozar de una gran ocasión para estrenar su casillero en la 2016-2017, cuando el canterano se iba sólo el línea señaló un fuera de juego inexistente. Fue el Leganés el último en golpear, otro error, esta vez del Chelo Díaz, dejó sólo a Guerrero que probó a Sergio, pero el de Catoira salvó el trance permitiendo a los celestes irse con el empate a ceros al descanso.
Al Celta le tocaba reflexionar y mucho en el vestuario, ante un rival inferior no supo leer el encuentro en ningún momento. La segunda mitad comenzaba con una ocasión clarísima de Aspas, el delantero de Moaña se dirigió completamente sólo a la meta defendida por Serantes pero su disparo se fue desviado. Berizzo solicitaba a Pione y Bongonda un cambio de banda, mientras que ponía a calentar a su banquillo. De nuevo el equipo mostraba muchas debilidades y una falta absoluta de control del balón.

Los cambios empeoran el juego del Celta

Eduardo Berizzo buscó cambiar al equipo dando entrada a Pablo Hernández y Guidetti por Wass y Sisto, el debut del danés en partido oficial dejó muy pocas cosas que destacar. Pero la dinámica del encuentro, en lugar de mejorar, empeoró. Hasta el punto que en la enésima jugada a balón parado que el Celta no supo defender Víctor Díaz anotó el primer tanto de la historia para el Leganés en Primera. Un excéltico enmudecía Balaídos, atónito por el penoso partido de los suyos y por el 0-1 que campaba en el electrónico.
A la desesperada el Celta se la jugó sin medioscentros. Señé entraba por Marcelo y el catalán se juntaba con Pablo Hernández para construir el maltrecho juego celeste, algo que no inmutó el plan de los de Garitano que hasta pudieron ampliar el marcador con un centro al larguero y un remate de Machis al contraataque. Del Celta nada en ataque, ni el arreón final que se espera de un equipo que juega en casa y que es superior sobre el papel. El Leganés se propuso perder todo el tiempo del mundo y lo consiguió. Penosa imagen la vivida en Balaídos. 

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