Cuatro años del sueño del cuatro por ciento

Aunque ahora suene muy lejano, tan solo hace cuatro años de que el Celta luchó por última vez por la permanencia. El 1 de junio de 2013 el conjunto celeste consiguió un hito histórico, una gesta, casi un milagro. El club vigués conseguía la permanencia en Primera División en la última jornada contra el Espanyol cuando tenía todo en contra. A falta de dos jornadas para el final, las matemáticas daban solo un 4,01% de posibilidades de mantenerse en la máxima categoría. Y la estadística se cumplió.

 
Jornada 36 de la temporada 2012-2013. El Celta ocupa la última posición de la clasificación con 31 puntos, a cuatro de la salvación marcada en ese momento por el eterno rival, el Deportivo de la Coruña. A falta de dos jornadas, las opciones para que el equipo celeste se salvase eran pocas, muy pocas. En concreto, las matemáticas decían que de los 531.441 resultados posibles que se podían dar en las jornadas 37 y 38, solo 21.294 le valían al conjunto celeste para lograr la permanencia. Esto suponía el 4,01% de posibilidades de permanencia, pero el club vigués demostró que no hay nada imposible.
El Celta estaba sufriendo en su regreso a Primera División. El juego del equipo no se correspondía con la poca cantidad de puntos por parte del cuadro celeste, que había sido especialmente débil fuera de casa. Los números trajeron la destitución de Paco Herrera en febrero y la llegada de Abel Resino no mejoró demasiado la cara del equipo. Tal es así, que al término de la jornada 36, el Celta estaba a cuatro puntos de la salvación. La permanencia se había puesto muy cuesta arriba pero la llama de la esperanza se reavivó en Valladolid. En la jornada 37, el cuadro celeste venció en Pucela y se puso a un solo punto de la salvación.
Y llegó la última jornada. La lucha por la salvación se convirtió en un mano a mano entre Celta y Deportivo. El club coruñés partía con un punto de ventaja y el golaverage a favor, por lo que al Celta solo le valía ganar al Espanyol y una derrota del Deportivo en Riazor ante una Real Sociedad que se estaba jugando la última plaza de Champions League. Y así fue. Natxo Insa se convirtió en héroe improvisado del celtismo al anotar en la primera parte el único tanto del partido ante el Espanyol (1-0), tras una gran jugada de Iago Aspas por la banda izquierda.
Vigo seguía siendo de Primera tras una tarde taquicárdica para el celtismo. Y es que el partido no reparó en emociones, el Espanyol no vino de vacaciones a Balaídos y compitió, hasta tal punto que el choque convirtió a Rubén en un salvador a sus, por entonces, 17 años con dos grandes intervenciones. Fueron unos días de puro nervio. Como pasó esta temporada contra el Manchester United, la ciudad se engalanó con los colores del equipo para animar al Celta en su lucha por la permanencia. Las cuentas salían a los más optimistas, para los más pesimistas el equipo ya estaba en Segunda. Cuando el balón empezó a rodar los ojos estaban en el césped pero los oídos escuchando lo que ocurría en Coruña.
Una tarde de transistores y microinfartos que terminó en una invasión a Balaídos y una fiesta por todo lo alto. No era para menos, el regreso a Primera había costado cinco años y el celtismo se resistía a que el sueño durara solo una temporada. Después llegaron tiempos más ambiciosos con Luis Enrique y Berizzo, pero el primer paso de este nuevo 'euroCelta' se dió el 1 de junio de hace cuatro años.