Un paseo por las equipaciones del Celta

La camiseta es la historia de un club. Los colores y el escudo son el alma de un equipo, señas de identidad que quedan grabadas en los aficionados. El Celta alcanzará el próximo mes de agosto los 94 años y a lo largo de su historia ha ido variando los colores y los motivos de su casaca. Las ha tenido bonitas, feas, curiosas, innovadoras, clásicas, emblemáticas... Cada celtista tiene su camiseta favorita. El criterio es amplio y variado para elegir.

Hay algo intangible que hace que un aficionado tenga un aprecio especial a una equipación por una u otra razón: algún momento histórico del club, una vivencia personal, una combinación de colores adecuada... Sobre gustos no hay nada escrito y el Celta no es una excepción. El conjunto vigués lleva con orgullo el color celeste desde casi sus inicios, pero esa camiseta ha ido sufriendo variaciones a lo largo de toda su historia y, en muchas ocasiones, esos ligeros cambios son los que la convierten en algo especial.
Con la llegada del fútbol moderno, hay camisetas donde elegir. Desde los 80, el Celta se subió al tren de ir variando su equipación cada vez con más frecuencia hasta empezar a hacerlo prácticamente al inicio de cada temporada con la llegada de los 90. Unos cambios de colores secundarios, un rediseño en el dibujo, un cambio drástico en la segunda equipación... Son los detalles los que las diferencian y los que generan que unas camisetas sean más recordadas por la afición, tanto por lo bueno como por lo malo.
Con motivo de la presentación de la nueva equipación, el ElDesmarque ha querido sumergirse en el recuerdo de las casacas con peso histórico y algunas curiosas.

El primer Celta, de Rojo - El club celeste por excelencia del fútbol nacional no vistió sus característicos colores desde el primer día. Cuando el Fortuna y el Vigo Sporting se fusionaron y dieron a luz al nuevo equipo decidieron que los colores del nuevo equipo fuese el color rojo, en referencia a la bandera de la ciudad. La intención de vestir de celeste ya estaba sobre la mesa desde el primer día. Ataviarse con los colores de la bandera de Galicia era una de las grandes iniciativas de Juan Baliño, uno de los tres principales directivos del nuevo club que llevó a cabo la fusión. Su objetivo tardaría en consolidarse un par de años.
 

 

El primer Celta celeste - No hay consenso unánime sobre la fecha en la que el club vigués adoptó definitivamente sus característicos colores, pero las fotografías a partir de 1925 apuntan a que la idea de vestirse de celeste se consolidó en ese año. En esa temporada, el club consiguió uno de sus primeros grandes éxitos históricos: clasificarse por primera vez para unas semifinales de la Copa del Rey, por entonces la gran competición nacional. El equipo vigués se midió en la penúltima ronda al histórico Arenas de Getxo, quedando eliminado. Al año siguiente el cuadro ya celeste volvió a repetir en semifinales de la Copa. El cambio de colores sentó realmente bien.
 


El primer 'EuroCelta' - A partir de que el club asumiera sus colores actuales, la camiseta no tuvo grandes variaciones a lo largo de las décadas hasta la llegada de los años 80, cuando empezaron a ser habituales los cambios en la equipación cada una o dos temporadas. Pero cabe destacar una por encima del resto no por su diseño, si no por su valor: la celeste de la temporada 71-72, la primera que se paseó por Europa. En la temporada anterior, el club había quedado sexto en Liga y de esta manera consiguió billete para la primera edición de la Copa de la UEFA, que sustituía a la Copa de Ferias. Por desgracia, no pasó de primera ronda y tendría que esperar más de 20 años para regresar.
 


La camiseta de la final del 94 - Para toda una generación, la primera de una gran cita. Como muchas otras, no tenía nada especialmente innovador, tan sólo un amplio cuello de un tono de azul más oscuro que el principal y el particular diseño para el guardameta, que en esta temporada le tocó lucir a un joven Cañizares. El emblema de esta casaca reside en lo que el celtismo vivió con ella: la final de Copa de 1994. Para casi todos los aficionados del club era la primera vez que veían a su equipo a un partido de conseguir el primer título de su historia. No en vano, habían pasado 46 años de la última final copera.
 


Generando moda - El Celta nunca fue un equipo especialmente vanguardista en los diseños, pero creó tendencia en la liga española en la temporada 1996-1997. Para esa ocasión, el conjunto celeste desplazó su escudo al centro de la camiseta. Aquel cambio sería imitado por otros equipos en temporadas posteriores, como fue el caso del Real Madrid. En lo deportivo, esa temporada es recordada por ser en la que empezó a cimentarse el equipo de las grandes noches europeas. Esa campaña llegaron a Vigo jugadores como Mazinho, Revivo y, cómo no, Mostovoi.
 



La casaca del regreso a Europa - El Celta volvía a la UEFA más de 20 años después y preparó una camiseta para tal ocasión, exclusivamente para lucir en Europa. El color blanco habitual del pantalón se extendió por buena parte de la camiseta, dando un diseño novedoso para lo que estaba acostumbrado el celtismo en esa época en lo tocante a su primera equipación. Con esa casaca llegaron las primeras gestas del 'EuroCelta': la remontada al Aston Villa en Villa Park, las dos victorias sobre el Liverpool y el hito de alcanzar los cuartos de final por primera vez en su historia. 
 

                                (Foto: Reuters)

 
La suplente más recordada - En un ránking de camisetas favoritas de la afición, es bastante probable que la segunda equipación que estrenó en la temporada 2001-2002 esté entre las primeras posiciones. El Celta brindó un homenaje a uno de sus clubs fundadores, el Vigo Sporting, y optó por vestir sus colores como segunda equipación. El uniforme fue a la vez una forma de recordar con cariño los orígenes del club y un guiño a Vigo al vestir los colores de la bandera de la ciudad. Tal fue el éxito, que el club la mantuvo hasta 2004. Muchos son los que han pedido su vuelta desde aquel año.
 


Totalmente de celeste para la Champions - Por primera vez en su historia, el Celta iba a disputar la gran competición europea y llevó sus colores hasta la máxima expresión: monocromático celeste. Camiseta y pantalón. Sin detalles en las mangas o en el cuello. Solo una casaca lisa con la tonalidad azul característica del equipo desde casi sus inicios. El diseño se utilizó únicamente para la Champions y al cuadro le fue bien. Consiguió aumentar su leyenda en Europa venciendo al Milan en San Siro y llegó a disputar unos octavos de final contra el rocoso Arsenal de Thierry Henry.
 

                                (Foto: AS).

La del regreso a Primera - Después de una temporada en la que el Celta ha alcanzado las semifinales de Europa League, pensar en Segunda División parece muy lejano. Sin embargo, hace solo cinco años, el celtismo estaba de fiesta tras el ascenso a Primera. Aquella camiseta incorporó un detalle icónico entre su liso color celeste. En la zona central de la prenda, el club imprimió el himno del equipo. Un detalle que gustó a la afición y que al año siguiente repitiría, sólo que en esta ocasión la nueva camiseta incluiría el nombre de todos los abonados de la temporada anterior en señal de agradecimiento por su apoyo. 

                                 (Foto: EFE).

El Celta de verde - La camiseta suplente siempre ha sido con la que más ha experimentado el club. Aunque mayormente ha apostado por el azul oscuro o el rojo, en la historia más reciente ha probado con otros colores, como el negro con el rojo o con el gris. Pero la primera y última vez que el Celta vistió de verde una campaña fue en la 2014-2015, la primera de Berizzo. El diseño impactó al celtismo y a muchos les costaba identificar a su equipo con ese color. Además, los resultados que obtuvo el Celta vistiéndola fueron bastante malos, por lo que incluso se empezó a bromear con que estaba maldita. Sin embargo, bastó una victoria en Riazor por 0-2 para que parte de la afición le cogiera cariño.
 


La de las semifinales de la Europa League - Tiene muy poco tiempo pero ya es histórica. La camiseta de esta última temporada no será recordada por su diseño vanguardista, sus entramados endiablados o la apuesta por unos colores llamativos. Lo será por tratarse de aquella con la que el Celta estuvo muy cerca de tocar el cielo en Europa. La camiseta con la que recibió al Manchester United en Balaídos en unas semifinales de la Europa League. Uno de los momentos más destacados de la historia del club. Un símbolo de una temporada en la que el Celta rompió su techo en Europa y se quedó a un paso de una gran final europea.