Leo Messi hace añicos el sueño del Celta
El Celta viajaba a Barcelona con su ilusión intacta, un optimismo basado en sus últimos enfrentamientos ante los azulgranas. Pero el sueño apenas duró unos minutos, Messi apareció y destrozó toda esperanza. Cuando el argentino ejerce como el mejor jugador de todos los tiempos, sus rivales sólo pueden contemplar su obra maestra. El Celta realizó uno de los peores partidos de la temporada ante el peor rival posible, se acabó la Copa, toca pensar en la Liga.
Con Emre Mor de titular en lugar de Maxi Gómez, el Celta salió al césped del Camp Nou con la intención de dar la campanada y eliminar al Rey de Copas, al Fútbol Club Barcelona. Valverde, por su parte, consciente del peligro y la dificultad que entraña enfrentarse a los vigueses apostó por reforzar su medular con cuatro hombres.
No tardó el Barcelona en dar los primeros avisos, primero Messi y pocos minutos después Andre Gomes se acercaron a la meta defendida por Sergio Álvarez. Los azulgranas abusaban de la posesión ante un Celta al que le costaba superar la línea de mediocampo incapaz de trenzar dos pases consecutivos.
Messi destroza al Celta en dos minutos
La primera para el Celta llegó en el once, un centro lateral de Mallo al primer palo al que estuvo a punto de llegar Daniel Wass, replicó Messi para poner el 1-0 en el partido un sólo minutos después. El argentino cruzó un balón al palo largo de Sergio desde el punto de penalti, Messi remató sin oposición ante la desidia de la zaga viguesa.
No paró el vendaval de Leo Messi, en el catorce volvía a golpear las mallas celestes, una nueva llegada desde atrás para anotar, de primeras, el segundo del Barcelona y poner la eliminatoria cuesta arriba al Celta de Unzué que estaba a merced de los culés.
Rakitic e Iniesta buscaron, antes del 25 cerrar el partido, pero al croata su remate se le fue alto mientras que Sergio logró mandar a córner el disparo del manchego. Iago Aspas pudo abrir de nuevo las esperanzas con un remate que acabó impactando en Piqué tras un centro de Jonny, pero nada le salía a los olívicos en el Camp Nou donde hasta Suárez buscó el tercero con una chilena.
Jordi Alba sentencia
La presión azulgrana ahogaba a un Celta que no encontraba a Lobotka, siempre tapado por un rival. Leo Messi, en esta ocasión como asistente, regalaba el tercero a Jordi Alba. Un pase filtrado a la espalda de la zaga sentenciaba, de forma definitiva la eliminatoria antes de que se llegase a la primera media hora del partido.
El baño parecía no tener fin, Luis Suárez se unía a la fiesta culé y marcaba el cuarto, tras un nuevo error, entre Sisto y Jonny, para el Barça. Faltaban 60 minutos por jugarse y no había nada en juego en un Camp Nou que presenciaba al peor Celta de la temporada que continuaba mostrando una endeblez defensiva preocupante.
Lo mejor que podía hacer Unzué, con el 4-0, era dar descanso a jugadores como Aspas, Mallo, Lobotka o Wass, cerrar esta página y abrir la del Levante. Tras el vendaval azulgrana Aspas pudo marcar al filo del descanso con una chilena desde el área pequeña, pero el moañés sólo rozó el esférico con la puntera de su bota.
Descanso para Aspas y Wass
La segunda parte iba a ser un suplicio eterno para el Celta, Unzué decidía dar descanso a Aspas y Daniel Wass pensando en el Levante. Valverde hacía lo mismo con Gerard Piqué. Lo que no varió fue la tónica del encuentro, el Barcelona mantenía su presión alta y disfrutaba, sin oposición, de la posesión de la pelota.
Tedio y aburrimiento
También descansaba Pione Sisto al ser sustituido por Brais Méndez. Los minutos pasaban y el Barcelona aflojaba la intensidad de su juego lo que permitía al Celta tener un poco el esférico. Tuvo más ocasiones el Barça, el Celta una, por medio de Maxi Gómez.
El charrúa, que entró en la segunda mitad, tiró un gran desmarque acompañado de un buen recorte al que le faltó velocidad para el remate, eso permitió la llegada de Semedo impidiendo el tanto de la honra viguesa. Dembélé aprovechaba sus minutos para reivindicarse, con carreras infinitas, ante su afición.
Suárez quiso aprovechar un regalo de Lobotka en mediocampo con una vaselina, desde 30 metros, que se marchó por lateral del palo diestro de un Sergio batido. Un dato revelador es que el primer saque de esquina celeste llegó en el minuto 81. Esta no era la noche para entrar en la historia, la Copa pierde la magia de las dos últimas temporadas.
El quinto del Barça, de nuevo sólo, era para Rakitic, el epílogo de un partido para olvidar pronto y remontar posiciones en una Liga donde el Celta es décimo quinto, a seis puntos de Europa. Un duro palo que deberán asimilar en menos de 72 horas, lo que queda para medirse al Levante.
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