El Celta más ramplón en meses acaba goleado en Getafe
El Coliseum Alfonso Pérez fue testigo del uno de los peores celtas de toda la temporada. Con un juego vulgar, sin intensidad, totalmente plano y carente de sentido cayó, con toda justicia, ante el Getafe. Bordalás planteó el partido que más le interesaba a su equipo y goleó al Celta de un Unzué impotente en su banquillo.
Menos de dos minutos, eso es lo que tardó el Celta en generar las primeras ocasiones de peligro. Desde la banda izquierda un centro de Jonny y una falta botada por Daniel Wass provocaron las primeras intervenciones de Guaita, atento a los centros de los de Unzué.
Los azulones, ante el absoluto control de la posesión por parte del Celta, buscaba un error en la distribución para lanzarse al ataque con Jorge Molina y Ángel, sus dos jugadores más adelantados. Los vigueses cargaban su ataque en la banda de Pione Sisto, logrando, antes del diez la cartulina para Damián Suárez.
El plan del Getafe era claro, aguantar en defensa para robar un pelota con la que lanzar una contra para Ángel o Jorge Molina, que se mostraron letales.
El Getafe buscaba interrumpir el juego olívico con continuas faltas, seis en los primeros doce minutos de partido, algunas de ellas merecedoras de mayor castigo, como la patada de Cabrera a Aspas. Pione Sisto, muy activo, realizó una gran carrera con regate final para buscar la cabeza de un Maxi que no llegó por centímetros al centro bombeado del danés.
Roncaglia compromete a Rubén
Amath, tras un taconazo sobre Cabrera se encontró con la pelota tras despeje de la zaga celeste, su disparo, mordido, se fue por el costado zurdo de Rubén Blanco. Roncaglia, con una segunda cesión comprometida al mosense, metió el miedo a portero celeste que llegó a la pelota medio segundo antes que Ángel.
A medida que avanzaban los minutos los de Unzué se encontraban más incómodos con la maraña diseñada por Bordalás y se alejaban muchos metros de la portería de Guaita. Eran los azulones los que daban sensación de mayor peligro, especialmente en una jugada de Amath tras pérdida del 'Tucu' que cortó, en el último instante, Sergi Gómez cuando Jorge Molina se aprestaba a fusilar a Rubén Blanco.
El partido se tornaba del lado local, Fajr probaba los reflejos del meta celeste con un colocado disparo desde la frontal tras una acción individual de Damián Suárez. El Celta notaba la falta de participación de un Aspas desparecido y de un Lobotka que no era capaz de dominar la parcela ancha.
Ángel no perdona
Otra mala combinación, en este caso entre Wass y Aspas, era interceptado por Amath, el extremo zurdo filtraba el balón entre los dos centrales para que Ángel, con un ajustado remate, pusiese el 1-0 en el marcador. Estaba avisando el Getafe ante un Celta irreconocible, treméndamente dubitativo en la distribución y falto de intensidad.
Un Celta de más a menos se encontraba, muchos minutos después, con Guaita. Lobotka empaló el esférico para encontrar la cepa derecha del poste azulón donde estaban los guantes del arquero valenciano, el tercero menos goleado de la competición que permitió al Getafe marcharse con ventaja a los vestuarios.
Jarro de agua fría
Perdida en mediocampo y gol, Lobotka se enredó con el balón lo que permitió la contra azulona, los de Bordalás explotaban sus virtudes y la calidad de sus dos puntas. Ángel recibía en el costado diestro del área y le regalaba el tanto a Jorge Molina, que sólo tuvo que empujar el esférico al fondo de las mallas. Al Celta le quedaban cuarenta minutos para lograr una machada.
Unzué buscaba la reacción dando entrada a Emre Mor y Radoja por un irreconocible 'Tucu' Hernández y por Pione Sisto, cada vez más invisible en el ataque celeste. Rubén Blanco realizaba una de las mejores paradas de la jornada con el pie, en un alarde de reflejos, sacó el disparo de Jorge Molina sobre la línea de gol.
Los cambios no tornaron el oscuro panorama que se veía en el césped del Coliseum. El Getafe le cedía la pelota a los vigueses y estos ni siquiera se acercaban a la meta de Guaita y era Remy el que casi pone el 3-0 en el marcador tras la salida de Roncaglia del campo por Lucas Boyé.
El atacante argentino salió revolucionado y tras una jugada individual en la que perdió el balón tras un resbalón vio la amarilla por una entrada a destiempo. De Emre Mor y Radoja apenas nada, una nada absoluta en el caso de Aspas y Maxi Gómez, en el que puede ser su encuentro más intrascendente de la temporada.
El tercero, otro regalo
Más balones perdidos en mediocampo que supo aprovechar el Getafe. Arrambarri bombeó el balón al área pequeña donde Ángel se volvió a anticipar a Sergi Gómez para cañonear a Rubén Blanco. El 3-0 era un castigo merecido al peor Celta del curso, impotente en el Coliseum, donde no supo ni atacar ni defender.
Europa se aleja a medida que las malas sensaciones y las dudas defensivas vuelve a aparecer en un Celta que en estos tres últimos partidos se asemeja más al equipo de principio de temporada que al que logró sumar trece de quince puntos posibles entre el mes de diciembre y enero. Febrero se ha convertido en un Everest para los de Unzué.
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