Sufrimiento y éxtasis en noventa minutos

Sufrimiento, muchísimo sufriemiento, este Celta parece que no sabe ganar de otra manera. Ante un equipo en descenso los de Unzué tuvieron que esperar al minuto 88 para darle la vuelta al marcador, abierto por un Expósito que hizo historia en Balaídos. Jonny y el 'Tucu' uno de los sacrificados por Unzué lograron que los vigueses se mantengan vivos en la lucha por Europa.

 
No tardó el Celta en generar las primeras situaciones de gol, una buena apertura de Radoja para Mallo acabó en un centro donde Iago Aspas terminó por los suelos y protestando un posible penalti a De Burgos Bengoetxea. Sin tiempo para seguir con sus protestas Emre Mor recogía el rechace y probaba suerte con un potente disparo que salió por encima del marco de Chichizola.
Un minuto después, en el cuatro, una carrera del internacional turco habilitaba a un Aspas completamente sólo para fusilar al argentino, pero un defensa canario se anticipó al moañés para robarle la pelota cuando se aprestaba a controlar el esférico y disparar.
La primera para Las Palmas fue para Erik Expósito, el biznieto del primer goleador de la historia en Balaídos, pero si en un córner anterior Roncaglia se mostró muy seguro, en esta ocasión Sergi Gómez mostró su solvencia defensiva para molestar al joven canterano canario.

Protagonismo para Emre Mor

El choque discurría con un ritmo frenético donde las idas y venidas eran constantes. Las Palmas no era ese equipo desahuciado y peleaba al Celta la posesión de la pelota con las mismas armas que los vigueses, defensa adelantada y presión agobiante sobre los mediocampistas locales. 
Otra jugada de Emre Mor, un puñal por la banda izquierda acabó, en el 19, en un centro de Jonny al corazón del área donde aparecía Maxi Gómez, que había iniciado la jugada. El uruguayo no llegó por centímetros y el esférico se fue por línea de fondo. Los de Unzué iban haciéndose con el control del choque.
Todos los ataques celestes partían de la siniestra, donde Mor se estaba convirtiendo en una pesadilla para un Macedo desarbolado por el joven turco. Cada pelota que tocaba era una opción para el Celta de abrir el marcador. Tana daba la réplica con un disparo raso al palo largo de un Rubén que despejó con la yema de sus dedos para mandar la pelota a córner.

Vértigo 

No había tiempo para pensar, ni tomar un respiro, Rubén la ponía en largo y controlaba Maxi en la frontal, pero su par era capaz de robarle la pelota tras un control defectuoso del charrúa, en menos de 30 minutos el Celta había hecho más méritos para marcar que en los duelos ante el Getafe o el Girona. 
Michel Macedo se tomaba cumplida venganza de Emre Mor al llegar hasta la línea de fondo local y centrar a un segundo palo donde Mallo apareció para despejar a saque de esquina. Las Palmas reaccionaba y el escaso púbico presente en Balaídos mostraba cierta desaprobación.
Duro unos segundos porque Emre Mor volvió a protagonizar su enésima acción de ataque con un remate escorado que Chichizola desvió a línea de fondo. No había goles, pero el partido vivía en el vértido impuesto por el turco, capaz de robarle todo el protagonismo en ataque a Iago Aspas.

El 'Tucu', a punto de abrir el marcador

Una mano de Aguirregaray en el 43 propició la última ocasión del Celta en la primera mitad. Sacó Aspas desde el costado diestro, el balón se paseó hasta el segundo palo donde apareció la testa del 'Tucu', su cabezazo se marchó desviado por escasos centímetros dando por concluida una primera mitad llena de dinamismo y sin grandes ocasiones de gol a pesar del alto ritmo impuesto por ambos equipos.

Maxi falla, Expósito hace historia

La lluvia hacía acto de presencia mientras Maxi Gómez disponía de la mejor ocasión del choque, bajo un intenso chaparrón Hugo Mallo llegaba hasta la línea de fondo y centraba con dirección al uruguayo que remataba, forzado, desviado sobre el palo derecho de Chichizola.
Lo que marraba el charrúa, no lo fallaba Erik Expósito. El canterano hacía historia marcando en el mismo escenario donde su bisabuelo,  Graciliano Luis, marcaba el primer tanto de la historia de Balaídos, un 30 de diciembre de 1928, cuando el Celta goleaba 7-0 al Real Unión de Irún.
Etebo filtabra el pase al joven delantero, que casi sin espacio, sacó un potente disparo cruzado para batir a Rubén y llevar el desánimo a los 11.000 espectadores presentes en el coliseo vigués. Sonido de viento para Unzué que comenzaba el mes de marzo de la misma manera que un febrero terrible para los intereses vigueses.
Aguirregaray estuvo a punto de sentenciar el choque en el 58 tras un disparo de Etebo que impactó en la zaga celeste, el uruguayo, con todo a favor para batir a Rubén mandó fuera la pelota. Unzué reaccionaba dando entrada a Brais Méndez por Radoja.

Prueba Brais, empata Jonny

Ni cinco minutos sobre el campo, ese es el tiempo que necesitó el joven centrocampista para lanzar un buen centro y disparar sobre la meta de Chichizola. Su remate, completamente cruzado, fue desviado por el argentino, la pelota acabó muerta para que Jonny sólo tuviese que empujarla al fondo de las mallas. Al Celta le quedaban 30 minutos para darle la vuelta al marcador y seguir soñando con Europa.
El Celta buscaba poner cerco a la meta canaria, pero Gálvez se mostraba como un muro infranqueable para un Aspas al que le ganaba cada cruce. Pione Sisto entraba en escena por un agotado Emre Mor, que había pagado en la segunda mitad su pujanza en los primeros 45 minutos.

Acoso sin premio

Chichizola salvaba el segundo tanto celeste tras un remate de Pione Sisto protagonizando una gran estirada al palo izquierdo. Con todo el equipo canario encerrado en su campo a los de Unzué se les acababa el tiempo, menos de diez minutos para lograr un tanto vital en la carrera por Europa y espantar parte de los males que han invadido la mente de los celestes.
De nuevo Pione se encontraba con la oposición del argentino, tras una gran acción individual de Jonny el danés buscó el segundo palo con una gran rosca a la que llegó Chichizola, el héroe canario de la gélida noche viguesa. Los de Paco Jémez buscaban perder todo el tiempo posible dando por bueno el empate.

El 'Tucu', delirio en Balaídos

El partido parecía muerto, Pione Sisto buscaba en su tercera ocasión el tanto de la victoria, pero su remate se iba por encima. En el 88 Aspas realizaba una jugada imposible, con quiebros y regates dentro del área que parecían que no conducían a nada pero el moañés encontró el hueco para centrar al 'Tucu'.
El internacional chileno ponía la pelota a ese segundo palo que en tantas ocasiones había encontrado los guantes de Chichizola, pero esta vez no, el esférico se alojaba en el fondo de las mallas y el Celta era capaz de darle la vuelta a un encuentro sufrido y peleado.
Unzué agotaba sus cambios dando entrada a Boyé por Maxi Gómez mientras De Burgos Bengoetxea, un árbitro máldito para el Celta, pitaba el final de un encuentro sufrido, intenso y con final feliz. Los vigueses se mantienen vivos en la lucha por Europa.
 

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