Un recuerdo al mejor Celta de todos los tiempos, la mirada de Juan Sánchez

Ahora sin fútbol el celtismo ha echado una mirada atrás para recordar tiempos mejores, de libertad, de fútbol y de magia. Sin poder ver a Rafinha o Aspas cabalgando a través del césped de Balaídos el club ha apostado por volver a ver algunos de los partidos que han hecho historia en el Celta de Vigo. Anfield o el Villa Park son ejemplos de esa historia que ahora está recordando una parte del celtismo y viendo por primera vez otra. En todos esos partidos había un denominador común, un pequeño ratón, el más listo de clase, un auténtico maestro en el remata, un Juan Sánchez que tras retirarse en el Celta como jugador sigue vinculado como representante de futbolistas. El exdelantero ha recordado con ElDesmarque esta época mágica, para él y para el Celta.

-Eres historia del EuroCelta, ¿qué recuerdos tienes de esas tardes mágicas como las de Anfield o Villa Park?

Es bonito que en estos momentos se puedan recuperar esos partidos, esas victorias ante el Aston Villa o el Liverpool, pero para mí taer gol de la historia del Celta en Europa, que es un dato chulo y bonito pero es cierto que los otros partidos tienen más repercusión en un año donde jugamos muy bien al fútbol.

Fue una temporada muy bonita y fue una pena que no hubiésemos llegado más lejos. Jugamos muy bien al fútbol, tanto en Liga como en la UEFA, eliminamos a equipos muy potentes y nos quedó la sensación, sobre todo en el partido de vuelta, en esa última jugada ante el Marsella, donde Gudelj y yo estuvimos cerca de hacer el gol.

Era una jugada muy rápida, la pelota pasó por delante nuestra, estaban muchos defensas y no nos dio tiempo a reaccionar. Es verdad que nos quedó esa pena, ese Celta pudo llegar a la final e incluso ganarla.

No éramos inferiores a nadie, incluso en liga hicimos partidos memorables ante Real Madrid o Barcelona, para la historia del Celta es un año muy importante pero tal vez nos quedó algo para conseguir un título.

- Aterrizas en un Celta que nada tiene que ver al que dejas cuatro años después. Pasasteis de jugar por la salvación a pelear muchas jornadas por el primer puesto en Liga, ¿Cómo fue esa evolución personal y colectiva?

Llego al Celta después de hacer una buena temporada con el Mallorca en Segunda. El Valencia me cede con Tárraga al Celta que venía de perder la final de la Copa pero su objetivo era no bajar. Los dos primeros años, sobre todo el primero, lo pasamos mal salvándonos en la última jornada ante el Logroñés.

En la segunda ya hicimos mejor temporada con Castro Santos, en el club hay un cambio con las llegadas de Mazinho, Mostovoi, Dutuel, Del Solar o Eusebio  y ya la siguiente con Irureta, donde llegó Karpin, es cuando nos clasificamos para UEFA.

Mi dos últimos años en la primera época son los mejores, termino siendo el máximo goleador del equipo en Liga y UEFA el último y el anterior siendo pichichi en Liga. Son todos recuerdos muy bonitos, años en los que el equipo estuvo muy arriba y jugando un gran fútbol y disputando grandes partidos, por eso les guardo un gran cariño.

-Mostovoi, Mazinho, Karpin, Revivo, Makelele, a veces da la sensación de que Juan Sánchez no ha sido tan importante en ese equipo, que la historia lo ha relegado a un papel de escudero de lujo. ¿Tienes esa sensación?

Cuando voy a Vigo sí que noto el cariño de la gente y el reconocimiento al trabajo que he hecho. Aunque contaba con menos posibilidades para jugar siempre hice muy buenos números. Siempre me supe hacer un hueco en el equipo a base de trabajo, constancia y goles.

Es evidente que yo estaba rodeado de grandísimos jugadores, también me aprovechaba de ellos, de Mazinho, Makelélé, Karpin, Mostovoi, Revivo, Penev o Gudelj. He jugado con gente arriba que te hacían más fácil el fútbol y entiendo que la gente recuerde a veces más a estos jugadores porque han sido muy importantes pero yo siempre noto mucho cariño en Vigo.

-¿Cómo fue alcanzar el sueño de jugar con la selección española?

Es lo máximo, es un sueño que tienes desde niño, poder vestir esa camiseta, la de tu país. A mí, que me costó mucho llegar a Primera División, asentarme en la categoría y en mi última temporada de la primera etapa en el Celta poder ir a la selección con Camacho fue un premio al trabajo de todo el equipo y un premio del que no me olvidaré. Es un momento importantísimo en mi carrera.

-Tras años de éxitos en un Valencia con el que ganas dos Ligas, un UEFA y te quedas con la miel en los labios de ganar una Champions al Bayern de Munich regresas a Vigo para brindar un último servicio al Celta ¿Cómo surgió la opción de regresar a Vigo?

El Celta me llamó para ayudar en Segunda División, no me importaba que estuviese en Segunda por todo lo el cariño que le tenía y le tengo al club y a la afición.

Llegué a final de agosto, tuve que hacer una pretemporada y cuando mejor me encontraba, que era en diciembre, llegó una lesión muscular que me dejó fuera tres o cuatro meses. Aún así pude jugar el último partido en Lleida que supuso el ascenso.

Pude ayudar desde la experiencia a mucha gente joven que había en ese momento junto a otros veteranos como Pinto, Gustavo López o Giovanella, pudimos conseguir ese ascenso que era tan importante.

Fui mi último año, yo no estaba bien del todo, tenía problemas musculares, pero teníamos a Silva, Baiano, Cannobio, Perera, fue un año bonito porque la gente no daba mucho por nosotros pero Fernando Vázquez hizo un gran trabajo, supo llevar muy bien al grupo en Segunda y en Primera y conseguimos entrar en UEFA, algo muy importante la verdad.