Pablo Durán ha llegado a la élite desde Preferente en solo cuatro temporadas. El delantero tomiñés jugaba en el Porriño Industrial en la campaña 2020/21. En la 2024/25 marca goles y da asistencias con el Celta de Vigo tras jugar en la SD Compostela y el Fortuna. Su trabajo metódico, casi obsesivo, es la clave de su carrera. Pero tiene un lado oscuro, un grado de autoexigencia que muchas veces va en su contra. Pablo Durán trabaja para controlar esa sensación de nunca estar satisfecho con su juego y sus partidos.
Confiesa el delantero que casi nunca sale contento de los partidos que hace: Sí, es una locura. De hecho, muchas veces es negativo porque por ejemplo, en el partido contra la Real marco dos goles, y estaba hipercontento con eso pero no había hecho mi mejor partido".
"Otros días, que a lo mejor sí que hice un buen partido como puede ser el contra el Sevilla, salgo algo más contento que otro en el que a lo mejor marcas. Es que soy muy exigente, no hay ningún partido en el que salga satisfecho", revela Pablo Durán en una entrevista para ElDesmarque.
El jugador del Celta confiesa que ese grado de exigencia no es positivo y que debe saber gestionarlo: "Sí que hay días que dices, 'hostia, pues creo que estuve bien'. Pero sí que es cierto que soy muy exigente y es algo que tengo que cambiar porque muchas veces no ayuda".
Su meteórica carrera, ya que con 19 años jugaba en la Preferente gallega, revela que a veces siente el Síndrome del Impostor: "Puede ser, es que es muy complicado". También apunta que esa exigencia casi enfermiza "es el camino que me llevó a estar aquí. Si hubiese sido más conformista creo que no no estaría aquí".
"Pero sí que la exigencia es buena hasta cierto punto y yo estoy un poco obsesionado con la perfección, con siempre en tratar de hacer las cosas bien y muchas veces es creo que es imposible", agrega Pablo Durán.
El delantero trabaja con dos psicólogos deportivos para gestionarlo. Laura Centoira, la psicóloga del Celta y un profesional externo que lo acompaña desde su etapa en el Porriño Industrial: "Trabajo con Laura. También tengo otro psicólogo deportivo con el que llevo trabajando desde antes del Compos".
"Es cierto que me exijo mucho y muchas veces Borja Oubiña u otras personas del cuerpo técnico me me dicen: 'Estuviste bien, date cuenta de que estuviste bien, mírate más veces el partido'. Al final acabas dándole una vuelta y dices: 'Vale, sí que estuve bien, pero siempre hay un pero, siempre hay cosas para hacer un poco mejor y no solo en el fútbol, sino en la vida en general, creo que a todo se puede dar un una vuelta más", concluye Pablo Durán.