Los cuatro problemas del Deportivo

Situado en la novena posición de la tabla clasificatoria después de haber sumado quince puntos en once partidos de Liga, a nadie se le escapa que el trabajo del cuerpo técnico del Deportivo está dando sus frutos. El equipo compite bien contra rivales de la zona alta, tiene claro a qué quiere jugar en todo momento, es capaz de remontar marcadores adversos y ha encontrado un filón en Lucas Pérez, uno de los delanteros de moda en el fútbol español. A pesar de ello, el conjunto coruñés tiene margen de mejora en al menos cuatro aspectos:

1.- Equilibrio en el centro del campo. La baja prolongada de Celso Borges (fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo) y los inoportunos problemas físicos de Juan Domínguez obligan a improvisar. En principio, Víctor Sánchez del Amo apostará por un 1-4-4-2 clásico con Fayçal Fajr como complemento de Pedro Mosquera. El internacional marroquí, acostumbrado a jugar más liberado desde que se enfundó la camiseta blanquiazul, tiene un reto interesante por delante: pide asumir esa responsabilidad -porque manifiesta abiertamente que la de mediocentro es su posición preferida- pero debe ser consciente de las exigencias que implica ese rol. Si finalmente no hay variaciones en el once con el que ha trabajado Víctor en las últimas sesiones de entrenamiento, Fajr tendrá que priorizar el orden y la corrección táctica a las llegadas al área rival. Si no lo hace, Pedro Mosquera corre el riesgo de quedarse solo entre dos aguas, la defensa y el ataque. Y el Celta tiene argumentos suficientes para aprovechar esa debilidad.
2.- La pegada. El Dépor únicamente se ha quedado sin perforar la portería del rival en dos encuentros de los once celebrados hasta la fecha. Con dieciséis goles a favor a estas alturas de la temporada, no se puede hablar de un problema en sentido estricto, pero sí de una dependencia excesiva de Lucas Pérez. Con siete tantos, el delantero de Monelos acumula cinco más que Luis Alberto y Fayçal, y los otros dos delanteros puros de la plantilla, Oriol Riera y Jonathan Rodríguez, todavía no se han estrenado. Eso sí preocupa, y mucho: Riera aporta soluciones cuando el rival ahoga y es necesario buscar el juego directo, lo cual es del agrado de su entrenador, pero está teniendo dificultades para materializar las ocasiones que se le presentan; Jonathan es un caso distinto, apenas ha entrado en los planes del cuerpo técnico y no ha rendido al nivel esperado cuando ha disfrutado de minutos.
3.- La portería. Germán Lux ha salvado una papeleta complicada: sustituir a Fabricio, el mejor futbolista blanquiazul a lo largo de la pasada temporada. El Poroto ha cumplido, aunque ha compaginado actuaciones notables con algunas excesivamente irregulares. Su fiabilidad con los pies ha menguado y ha tenido serias dificultades para imponerse en las acciones a balón parado (córners, faltas laterales, etc...). ¿Es Lux un problema? En ningún caso. ¿Supone un problema no haber podido contar con uno de los futbolistas más determinantes de la actual plantilla? Sin duda. La recuperación del guardameta canario le dará vitaminas a la defensa. 
4.- La salida de balón. Víctor apuesta por alejar la línea defensiva del área, colocándola casi en el centro del campo. Para que esto ocurra, para que el Dépor consiga asentarse en campo contrario, necesita una salida de balón limpia desde atrás. Sin Luis Alberto, uno de los guardianes de la posesión, capaz de bajar las pulsaciones y conectar a Mosquera con Lucas, se ha perdido ese punto de pausa tan necesario. Sin continuidad con la pelota, llegan los problemas -lo vimos en Málaga-. ¿Soluciones? Cani está obligado a asomar la cabeza.