Koval nunca se rinde
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Tras su esperpéntico debut en la Primera división con el Deportivo, Maksim Koval está en el centro de todas las críticas. Muchos analistas y aficionados achacaron a sus errores un excesivo nerviosismo y la sensación de querer dejar buen recuerdo a toda costa. Y es que para el portero ucraniano, esa sensación de estar a prueba en todo momento le lleva acompañando a lo largo de su carrera deportiva.
Maksim Koval nació en 1992 en la ciudad de Zaporiyia, en el sureste del país. Una ciudad eminentemente obrera, donde todavía quedan vestigio de las grandes fábricas que la copaban en su época soviética. Un ambiente, que forja el carácter sus habitantes, acostumbrados al esfuerzo en el día a día, sin tener la opción de rendirse.
Impregnado de ese ambiente de apología de la perseverancia, Maksim Koval escaló desde sus inicios, con el objetivo de ser el portero titular del equipo más laureado del país, el Dynamo de Kiev. Para ello tuvo que pasar un año en el Metalurg Zaporiyia, el equipo de su ciudad, donde gracias a su buen rendimiento, a los 18 le llegó la oportunidad que soñaba desde niño.
En el Dynamo de Kiev siempre estuvo a la sombra de una institución en la meta capitalina, Oleksandr Shovkovskiy. Un clásico del fútbol local que llevaba en la entidad de Kiev desde 1993. Las oportunidades en su primera etapa allí fueron muy escasas, pero Koval supo aprovecharlas para ir escalando poco a poco en la idiosincrasia del equipo. Llegando a su tope de partidos en la temporada 2012/2013 con 23 partidos con el Dynamo. Sin embargo, dos temporadas más tarde, descendiendo su estadística de encuentros jugados al 50%, Koval decidió probar suerte en el Hoverla Uzhgorod, donde tampoco consiguió un hueco en la titularidad.
Así, en la 2015/2016, Koval empezó su andadura internacional, recalando en las filas del Odense en Dinamarca. Nuevamente, el ucraniano no consiguió tener apenas minutos y sus actuaciones no parecían impresionar al entrenador, Kent Nielsen. Un año más tarde, volvería al Dynamo con la esperanza de lograr la titularidad tras la retirada de Shovkovskiy.
La historia desde aquí es más sencilla. Koval disputó su peor balance de partidos en Kiev, con sólo 7 encuentros en la campaña pasada, y 11 en la primera vuelta de este año. Números que no hacían conformarse al meta de Zaporiyia con quedarse en el equipo de sus sueños, ya que para él, su caché debía ser recompensado. No hay que olvidar que Maksim Koval es internacional con Ucrania, con la que disputó dos encuentros con la selección absoluta. Todo ello animaba al tenaz guardameta a hacerse las maletas rumbo A Coruña.
Su inicio en Galicia no ha sido nada fácil, no sólo por su accidentado debut, sino también por su lesión en la mano, que le está obligando a entrenarse y jugar con un dedo roto. Conociendo su historia, no sorprende su constancia y empeño en seguir luchando por una oportunidad más en el Dépor, a pesar de todo él nunca se rinde.