Rubén Coméndez: "Mis jugadores están aquí para llegar a Primera, no para pasar el rato"
Rubén Coméndez (Valladolid, 1972) marca el rumbo del Juvenil 'A' del Deportivo desde el banquillo. El técnico del líder del Grupo I de la División de Honor trata de exprimir al máximo el talento de una generación de futbolistas que se encuentra a las puertas de hacer historia, pues el cuadro coruñés tan solo ha logrado proclamarse campeón de liga en tres ediciones bajo el actual formato: las disputadas en las temporadas 1995-96, 2007-08 y 2009-10. Los enfrentamientos de las dos próximas jornadas ante el Sporting de Gijón, en Abegondo, y el Celta de Vigo, en A Madroa, se antojan decisivos para aclarar cuál de las tres canteras representará al noroeste peninsular en la Copa de Campeones 2017-18.
– A falta de cinco partidos para finalizar la liga, el Deportivo (59) mantiene un punto de ventaja sobre el Sporting de Gijón (58) y cuatro respecto al Celta de Vigo (55). ¿Están donde querían?
La verdad es que sí. Hemos hecho una segunda vuelta muy buena, pese a que la comenzamos siguiendo la estela del Sporting y del Celta. Lo más difícil ya lo hemos conseguido, que era recortar los cinco puntos de desventaja que nos separaban de la primera posición. Ahora somos nosotros los que tenemos una mínima ventaja a falta de cinco jornadas. El resultado contra el Sporting (domingo 11 a las 17.00h en Abegondo) marcará el desenlace final de la temporada. Por nuestra parte, tenemos confianza en que los chavales puedan sumar una victoria este fin de semana, lo que implicaría distanciarse a cuatro puntos del segundo clasificado, a expensas de que después queden cuatro jornadas por disputar.
– ¿Cuáles son las virtudes del Sporting, su próximo rival, y del Celta, al que se enfrentarán en nueve días?
El Sporting es un equipo bastante duro como conjunto, a nivel de bloque. Defienden muy bien. Es una cantera con un gen competitivo importante y, un año más, están haciendo una muy buena temporada. Ellos marcaron un poco el ritmo de la competición desde el inicio y ahora llegan a la recta final en un momento dulce: acumulan cuatro triunfos consecutivos. El Celta empezó en una línea similar a la nuestra, dejándose empates por el camino, pero después le ha ido tomando el pulso a la competición con muchos jugadores de segundo año, que no es nada fácil. Y también afrontan las últimas jornadas inmersos en un buen momento a nivel de juego. Van a ser cinco partidos muy bonitos para todos.
– Por la calidad y la experiencia de su plantilla, ¿este año estaba marcado en rojo para competir de tú a tú con sus dos grandes rivales?
El año pasado también tuvimos fe en algunos momentos, pero el Celta y el Sporting no pincharon. Además, yo personalmente estaba convencido de que el equipo iba a llegar muy lejos en la Copa del Rey, porque los chicos estaban cada vez más maduros y el nivel de juego era muy bueno. Incluso habíamos mejorado bastante a nivel defensivo, sobre todo en la estrategia, en la que estábamos algo más verdes y blanditos. La eliminatoria contra el Sevilla [cuartos de final] fue una pena porque estuvimos en ella en todo momento. Y, pasando a este año, la idea desde el principio era la de marcar un ritmo de puntuación elevado. En la primera vuelta nos costó, pero en la segunda sí hemos sido capaces de lograrlo. Llegamos a las jornadas decisivas como líderes, y veremos qué es lo que ocurre.
– El constante goteo de futbolistas del Juvenil 'A' en las convocatorias del Fabril a buen seguro que le habrá trastocado los planes en más de una ocasión, aunque imagino que también puede sentirse orgulloso de ello.
Sí. Cuando comenzó la temporada, con el cúmulo de bajas que sufría el Fabril, había momentos en los que cinco o seis juveniles iban a entrenar con ellos durante toda la semana. Y creo que para eso está la base. Primero está el Deportivo, después el Fabril y luego nosotros. Ese es el orden y hay que tenerlo claro. Estamos encantados de que nuestros jugadores sean capaces de dar el nivel en el Fabril y competir como lo han hecho cuando se los ha necesitado. Es un orgullo que esto sea así. Además, que el filial haya tirado de nuestra plantilla en algunas fases de la liga provoca que otros jugadores con menos participación hayan sido determinantes para nosotros. Tener a todo el mundo enchufado nos permite poder decir que en el equipo prácticamente no hay titulares ni suplentes, porque hemos necesitado del máximo nivel de todos para llegar hasta aquí.
– En lo personal, ¿le desestabilizó el hecho de tener que hacerse cargo del Fabril, a finales del mes de octubre, tras el ascenso de Cristóbal Parralo al primer equipo?
No. La realidad es que, desde el primer momento, la idea que el club me transmitió fue la de estar al frente del Fabril durante tres partidos, a la espera de que la entidad pudiese encontrar a otro entrenador en el mercado [finalmente el Deportivo incorporaría a Gustavo Munúa]. Eso fue lo que a mí se me comunicó cuando Cristóbal se hizo cargo del primer equipo. Yo tenía muy claro que mi sitio era el Juvenil 'A', y el objetivo no ha variado: queremos ser campeones. Y nos encontramos en el camino correcto.
– Para lograrlo, incluso han apuntalado la delantera firmando al punta onubense Juanito, procedente del Newcastle.
Sí. Fue una opción que se nos presentó en el mercado de invierno. Es un chico al que el club ya había seguido en el pasado, y su situación en Inglaterra no era la mejor. En virtud de estas dos circunstancias, el Deportivo decidió incorporarlo. Todo lo que aumente la competitividad interna y eleve el nivel de la plantilla es muy bueno para nosotros.
– También estuvo trabajando con el Juvenil 'A' Emerson Núñez, volante uruguayo de la generación del 99.
Así es. Estuvo entrenando con nosotros y después se marchó de vuelta a Uruguay porque tenía problemas con los papeles. Todavía no era mayor de edad, por lo que hacerle ficha se convertía en una situación compleja.
– Volviendo a Cristóbal, en todo momento mantuvieron una relación muy cercana. ¿Cómo valora su paso por el Deportivo?
La verdad es que teníamos muy buena sintonía. Yo ya había estado trabajando con su cuerpo técnico en el Fabril el año pasado, con el propio Cristóbal, Javi [Manjarín] y Luis Fandiño. Después se incorporó Manuel Pablo, y también estaba con nosotros David, el entrenador de porteros. Formábamos un grupo muy unido, entablamos mucha confianza y había una gran amistad entre todos nosotros. En perspectiva, el comienzo de Cristóbal en el Dépor, en Primera, lo recibí con alegría. Lo que ocurre es que la situación del equipo no le ayudó. Y es una pena, porque ha hecho un grandísimo trabajo aquí, desde mi punto de vista. Las circunstancias que rodeaban en ese momento a la primera plantilla eran difíciles, y el fútbol en Primera es otra historia. Pero, para mí, y se lo dije personalmente, hizo un trabajo muy bueno.
Rubén Coméndez, en Abegondo (Foto: Iris Miquel).
– Edu Expósito, One, Óscar Pinchi o Francis han disfrutado de minutos sueltos en el Deportivo esta temporada. ¿Por qué cuesta tanto confiar en la cantera? Los resultados del Fabril y del Juvenil 'A' invitan a pensar que la calidad está ahí.
Claro que calidad hay, no tengas ninguna duda. En el Deportivo, como en todos los equipos, se trabaja muy bien la cantera, porque cada vez hay más gente preparada alrededor de los propios futbolistas. Al final son las circunstancias, que tienen que ser las idóneas. Se necesitan tranquilidad y estabilidad para arriesgar sin un precio muy alto a pagar. El Deportivo tiene que tener claro que debe apostar por la cantera, pero quizá ahora no es el mejor momento. Porque o sabes con certeza a qué jugador vas a sacar y depositas en él confianza plena y máxima o estás obligado a esperar al momento en el que se den esas circunstancias óptimas. El jugador necesita sentir ese respaldo total para poder dar todo el fútbol que lleva dentro.
– Por la franja de edad en la que se mueven sus futbolistas, ¿el entrenador también es un educador?
Para mí es un poco como si mis jugadores fuesen mis hijos. Yo, que tengo tres, lo veo así. Además, a esta generación la cogí en el Juvenil 'B', con muchos chicos con 16 años recién cumplidos, en medio de la adolescencia. Tienes que lidiar con ese proceso de crecimiento a nivel personal y con esa maduración. Se trata de hacerles ver que si quieren dedicarse a una profesión como es la de futbolista deben seguir una serie de comportamientos y han de ser ejemplares. Nosotros hemos actuado un poco como padres, más allá del conocimiento del juego que les intentamos transmitir.
– En algunos casos, la División de Honor juvenil es el trampolín inmediatamente anterior al primer nivel.
Es un momento complejo en la carrera de los chicos y la formación es clave. Muchos llegan a esta liga con déficits a nivel de conceptos y de maduración. La mentalidad de cada uno es totalmente diferente. Pero, desde otro punto de vista, con esta edad ya hay jugadores que han debutado en Primera. Así que la enseñanza a nivel competitivo prácticamente se acaba aquí. Estos jugadores tienen que tener claro que no son niños, tienen que saber que se les exige capacidad y madurez suficiente para ser conscientes de que están a un paso del profesionalismo. Mira el Betis, allí se está demostrando que Fabian, Junior, Loren... son jugadores que estaban en Tercera el año pasado y ya han llegado arriba. O el caso de Erick Expósito con Las Palmas, un futbolista que el año pasado era juvenil. Intentamos transmitirles que deben tomarse el fútbol como una profesión, porque todos están aquí para ser jugadores de Primera. No venimos aquí a pasar el rato o a perder el tiempo.
– Mujaid Sadick, Pablo Brea, Ricardo Benjamim o Pedro Martelo son algunos de los futbolistas del Juvenil 'A' que han sido llamados por sus combinados nacionales en el último año y medio. ¿Cómo procesan ese incentivo?
Ellos viven de eso. El jugador necesita inyecciones de confianza. O bien de tu equipo o bien de fuera. En el caso de Pedro y de Ricardo, los llama la selección de Portugal. Para chicos con su ilusión es importantísimo verse ahí. Les llena y les da seguridad, y al equipo le viene de maravilla.
– ¿Es partidario de definir un sistema y un estilo homogéneos desde el primer equipo hasta el último de la cantera?
Es un debate profundo y complejo, porque solo está al alcance, sobre todo, de los clubes más grandes. Ellos tienen una idea y unos objetivos muy marcados, pero aquí ahora mismo la meta en Primera es salvar la categoría. Y a menudo eso va a implicar modificar el sistema con cierta regularidad para tratar de adaptarse a los rivales. El hecho de imponer un sistema determinado está bien, siempre y cuando se crea en él, pero durante los partidos siempre debe haber variantes y recursos para poder ganar.
– ¿Cómo explicaría la propuesta futbolística del Juvenil 'A'?
Cuando jugaba, me encantaba estar en contacto con la pelota. Tocar el balón, combinar, no rifarlo. Que no se pierda a no ser que el rival te ofrezca una resistencia muy alta y te fuerce a cometer un error. Y además creo que era un futbolista muy competitivo. Eso a grandes rasgos es lo que le pido a mi equipo: que sea valiente con el balón, que los jugadores decidan cuándo pasar y cuándo buscar el uno contra uno y, por supuesto, que todos y cada uno de ellos se pongan al servicio del equipo para que el contrario no te haga daño. Al final jugamos en un campo de 105x70 y son muchos metros a cubrir. Si das facilidades y metros en esta categoría, te van a hacer mucho daño. Es una pauta que les marqué desde que los conocí: además de ser capaces de tomar buenas decisiones con el balón, siempre hay que ser constante en el trabajo cuando no tienes la pelota, para recuperarlo. En esto último han mejorado muchísimo.
– Gane o no la liga, usted es un técnico bien valorado dentro del club.
Que te valoren o no es efímero. Cada uno tiene que trabajar con la confianza y seguridad de que lo que está haciendo está bien hecho. Siempre habrá quien te halague y quien te critique. A mí lo bueno y lo malo no me afecta, porque tengo muy claro lo que quiero y cómo lo quiero. Sé las cosas que hago bien y las cosas en las que tengo que mejorar, que son muchas, y eso al final se convierte en un proceso constante de mejora.
– La última: ¿por dónde pasa el futuro de Rubén Coméndez?
Todos los entrenadores queremos progresar. Ahora mismo formo parte del Deportivo y estoy encantado. Cuando haya acabado la temporada, es importante quedarse con la sensación de haber hecho las cosas bien. En ese sentido, ahora mismo no pienso en nada, no me preocupa. Te lo decía antes, veo que hago cosas bien y otras en las que debo mejorar. Mi ilusión y mi sueño es entrenar en categoría superior, que igual no lo consigo pero lo que quiero es eso y es un proceso que requiere tiempo. Vamos a ver de lo que somos capaces.