Carbón antes de tiempo
Con la misión de ponerle un broche dulce a un 2018 amargo, el Deportivo midió sus fuerzas con el Cádiz en el Ramón de Carranza. El cuadro coruñés, irregular lejos de Riazor, trababa de finalizar el año natural como líder de la categoría de plata del fútbol español. Para lograrlo, debía sumar los tres puntos ante un rival inmerso en un gran estado de forma en los dos últimos meses de competición. Y no fue así. El Dépor concedió demasiado en el primer tiempo y careció de pegada en el segundo, dos razones de peso para regresar a casa sin ningún premio bajo el brazo (3-0).
De inicio, Natxo sorprendió a propios y extraños prescindiendo de su característico 4-4-2 en rombo en aras de reforzar el centro de la defensa con un hombre más, dejando al equipo huérfano de la figura del mediapunta. El míster optó por un 5-3-2 con Somma como central derecho, Domingos como hombre libre y Pablo Marí en el eje izquierdo de la defensa. Además, David Simón reemplazó a Eneko Bóveda en el carril derecho.
El Cádiz arrancó el choque a muchas revoluciones. Los gaditanos buscaron nutrir de balones a Manu Vallejo en la mediapunta e intentaron buscar superioridades a partir del juego interior de Álex Fernández, escorado a banda derecha ante la ausencia del lesionado Salvi.
Un error de Bergantiños en la entrega facilitó el 1-0 anotado por Lekic
Cuando parecía que el Deportivo comenzaba a cogerle el hilo al duelo, Bergantiños cometió un error en la entrega que ni Somma, ni Duarte ni Dani Giménez pudieron solventar. Jairo recibió una pelota mal entregada por Álex en la banda izquierda, encaró a Somma, colocó un centro manso en el área pequeña y Lekic le ganó la partida a Duarte a la hora de conectar un disparo que no encontró oposición en la portería blanquiazul, pues Dani ya se había vencido.
Encajado el golpe, los herculinos fueron ganando metros en campo rival gracias a las constantes llegadas de los laterales en las inmediaciones del balcón del área. En una de las incorporaciones al ataque de Diego Caballo, el salmantino colocó un centro raso al punto de penalti que Borja Valle malgastó al intentar rematarlo con la pierna derecha en lugar de pegarle con la izquierda, mejor orientada.
Tampoco tendría fortuna de cara a portería Edu Expósito, quien a las puertas del descanso pondría en aprietos a Cifuentes mediante un disparo potente pero centrado.
El segundo arrancó con un cambio, pero de cromos, que no de sistema. Natxo retiró Bergantiños, más que discreto en el Carranza, y confió en Krohn-Dehli para darle la vuelta a la contienda.
Con el danés sobre el césped el equipo llegó más, pero careció de puntería: Borja Valle y Domingos Duarte desaprovecharían sendas ocasiones en el área gaditana cuando el Cádiz ya lo fiaba todo al contraataque.
Buscando calidad e improvisación en los últimos metros, el cuerpo técnico le dio 20 minutos a Cartabia, menos de lo necesario por cómo había transcurrido el partido y las necesidades del cuadro herculino. Fede las pidió todas hasta que Manu Vallejo sentenció el choque en una contra liderada por Álex Fernández y que contó con la complicidad de Marí, Krohn-Dehli y Somma.
A la desesperada, Carles Gil entró en escena para darle más toque a un equipo falto de ideas y aplacado tras el 2-0.
Nada cambió para bien en un final descafeinado en el que el electrónico reflejó la impotencia de un Dépor que recibió carbón antes de Reyes. Carrillo hizo la puntilla (3-0) en el minuto 93, castigando así la candidez blanquiazul.