Valladolid y los jugadores murcianos, Pucela clama ¡Murcia, qué hermosa eres!

José Anselmo MorenoValladolid, 6 feb .- La presentación hoy de Toni Martínez, ariete murciano cedido por el West Ham, hace virar la mirada al pasado para comprobar que los jugadores de esa tierra casi siempre ofrecieron buen rendimiento en el Valladolid que podría recurrir a eso de "Murcia, qué hermosa eres", título de una gala que mostraba los encantos de la costa murciana desde Águilas al Mar Menor.
Algunos de esos murcianos llegaron aquí de casualidad, como el extremo Chuchi García, a quien el destino le situó en El Pinar de Antequera para hacer el servicio militar. Fue cedido por el Real Murcia con el objetivo de que permaneciera activo y no perder así la temporada por su compromiso con la patria.
El caso es que, pese a llegar de rebote, fue una de las piezas importantes de aquel ascenso de la campaña 79/80 de la mano de Eusebio Ríos. Con la excusa de los entrenamientos y los partidos tuvo más permisos que guardias pues hay que recordar que en la directiva del Valladolid de aquella época había un militar que intercedía, si ello era posible, en casos como el de Chuchi García.
Otro murciano (natural de Cartagena) fue Joaquín Muñoz, un delantero centro menudo y discreto que jugó de blanquivioleta tres temporadas. Alternaba el puesto de ariete con Rusky, metió goles importantes en Primera y formó el ataque, junto al argentino Alí Navarro, en el partido inaugural del Nuevo José Zorrilla.
Por el camino hay más, incluso en el filial, pero los más recientes en el primer equipo son Óscar Sánchez y Pedro León quienes incluso llegaron a coincidir en la campaña 2008/09. El primero de ellos jugó siete temporadas en Valladolid y, aunque no era ninguna estrella, dejó un grato recuerdo. Llegó como centrocampista y acabó jugando de lateral, casi siempre con corrección.
La historia de Pedro León Sánchez (Mula, 24-11-1986) es capítulo aparte. Jugó sólo una temporada con estimable productividad y poco arraigo tras fichar procedente del Levante. Se marchó un año después al Getafe con cierta polémica ya que "forzó" su salida.
Todo lo contrario es el caso de Manolo Álvarez, aunque recordarlo suponga dar un salto temporal. Era y es un murciano de adopción aunque nacido en un pueblo gaditano con encanto, Arcos de la Frontera. Álvarez, casado con una vallisoletana, fue un típico jugador de club que estuvo hasta ocho temporadas en el Real Valladolid. Es el máximo "artillero" vivo de la historia, marcó goles de todos los colores y muchos a base de casta o de pundonor.
Su primer tanto fue cuando le hicieron la prueba. Fue sustituido a los cuarenta minutos y se puso a llorar pensando que no ficharía. Más tarde, le explicaron que no le permitieron continuar porque habrían pedido el doble por su fichaje de haber seguido jugando tan bien. Esa historia suele contarla él mismo en una peluquería próxima a lo que era el viejo Zorrilla. Allí acudía en los años setenta y allí sigue cortándose el pelo cuando viene a Valladolid.
En Murcia, por cierto, jugó sus mejores minutos e hizo su mejor gol con la camiseta del Real Valladolid ese genio del fútbol que se llama Jorge "Mágico" González. Fue un 3 de marzo de 1985. Aquel día le apetecía jugar, pero sólo media hora... Marcó un golazo descomunal tras un saque de puerta de Fenoy y, poco después, pidió el cambio. El Real Valladolid ganó 1-2, la vieja Condomina solía ser un terreno propicio y amable en aquella época.
No todo es bueno en la amalgama Murcia-Valladolid. También hubo algunos jugadores que triunfaron en otros equipos y que no tuvieron suerte en Pucela, como José Verdú, Toché (Santomera, 1-11-1983) que aquí se lesionó de gravedad en una rodilla y hasta fue operado de apendicitis, o qué no decir de Alfredo Ortuño (Yecla, 21-1-1991) que se entrenó un solo día de blanquivioleta. Su fichaje frustrado el pasado verano ya forma parte de la galería de los horrores del club.
Como curiosidad, aunque no de mucha trascendencia deportiva, hay que recordar que de tierras murcianas llegó a Valladolid un portero-artista. Era un juvenil que fichó por un millón de pesetas y fue una decidida apuesta de futuro para esa década de los ochenta en la que el presidente, Gonzalo Alonso, miraba hasta el último duro.
Aquel guardameta jugó en el Promesas de los Torrecilla, Patri, Eusebio, Buhigues (también murciano), Goyo Fonseca o Juan Carlos. Hoy en día es un afamado actor. Su nombre: Ginés García Millán.
Natural de Puerto Lumbreras, era un guardameta espectacular y "palomitero" que dejó el fútbol, y el Valladolid, para dedicarse a la escena. Bien pudo ganarse la vida bajo los palos pues hasta fue preseleccionado por el combinado nacional juvenil de la época.
Esta correlación hay que rematarla con el presente más "rabioso" y ello supone citar a Toni Villa, el talentoso centrocampista de la actual plantilla vallisoletana que nació en Lorquí y que es uno de esos diamantes llamados a liderar el futuro del club. Otro "cóctel" de Murcia y Pucela. Como se puede comprobar es una mezcla que tradicionalmente ha cuajado. Toni Martínez, que pase el siguiente.