Lucía, regalo para compañeras, pesadilla para rivales
Lucía García Córdoba (Barakaldo, 1998), ha explotado en esta su tercera temporada en el Athletic Club y ha sobrepasado con creces sus registros goleadores en la Liga Iberdrola de las dos primeras campañas (4 en la 17/18 en 27 partidos, 5 en la 16/17 en 23 partidos) acumulando un total de 8 dianas en apenas 15 partidos.
Fue campeona de Europa con la selección sub-19 en 2017, titular asidua, y empieza a ganarse su lugar en la actual selección absoluta disputando el puesto en el frente del ataque con jugadoras como Jennifer Hermoso, Amanda Sampedro, Mariona Caldentey, Bárbara Latorre o Mari Paz Vilas.
Titular en prácticamente todos los encuentros a las órdenes de Joseba Agirre, ha ido sembrando la semilla del miedo en las rivales que la van a enfrentar en cada cabalgada que desnuda a todas las defensas rivales.
Pero lo más importante de la delantera rojiblanca no son sus cifras goleadoras, nunca lo han sido, lo más destacable de ella es su completo juego, porque no vive sólo de los espacios que conceden equipos como el Barcelona para plantarse delante de la portera dejando atrás a futbolistas internacionales como Mapi León, como el pasado fin de semana.
También es capaz de salir de situaciones más complicadas con menos espacios pegada al córner como ha demostrado en más de una ocasión en Lezama, con un excelente uno contra uno que la planta dentro del área para perforar la red, asistir o provocar un penalti.
Así como es el terror de las rivales y un quebradero de cabeza para las entrenadoras que la hacen frente, es un regalo para sus compañeras, pues saben que siempre tienen una solución a la que acudir, tanto si se encuentran en campo propio achicando agua ante las acometidas del rival y la buscan para estirar al equipo, como cuando en campo rival necesitan de profundidad o amplitud para desatascar el juego o abrir una brecha en el frente del equipo contrario.
A su labor ofensiva de goles, asistencias o simplemente generadora de ocasiones, hay que sumar su incansable sacrificio, pues no sólo presiona generosamente la salida del balón rival si no que además disputa y pelea hasta la saciedad cada balón suelto fruto de un despeje o una disputa.
Con apenas 20 años, nos queda mucho por disfrutar de Lucía a nosotros y a sus compañeras, tanto en el Athletic Club como en la selección, así como de sufrirla a las rivales.
Y viendo la progresión que está teniendo podemos ver a una auténtica crack capaz de jugar como referencia en la punta de ataque como pegada a la línea de banda, para jugar en ataques posicionales o para tirar contraataques demoledores, pues gracias a su punta de velocidad, su potencia en la arrancada y su regate, se ha convertido en una de las jugadoras más versátiles y completas de la Liga Iberdrola. Un regalo para sus compañeras, y una pesadilla para las demás.
Por Iñaki Martín Abraldes, Entrenador en el Indartsu Club
@imartinabraldes
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