Isco vuelve a ser Isco
Antonio Gallardo IIIIsco ha recuperado la sonrisa. Del Bosque le ha regalado un asiento en business junto a los mejores del mundo y el de Benalmádena vuelve a llenar su fútbol de chispa y talento. Gobernó el partido en el Ciudad de Valencia y lideró una victoria vital para el Málaga, que no está por la labor de negociar con nadie su pasaporte de Champions. Isco vuelve a ser Isco.
Victoria de orgullo. De carácter. Cada vez se maneja mejor el Málaga en partidos de pierna fuerte. Su registro preferido lo marca la pelota, pero también empieza a mostrarse maduro y resolutivo con el casco y el mono de faena. Ha recuperado a Baptista, que provocó un penalti y dejó una nueva muestra de que aún no llegó la hora de enterrar su carrera. Luce poderío de nuevo Toulalan, que ya tiene en hora el cuentakilómetros, e Isco es el faro que alumbra todo el juego del Málaga.
Málaga CF: Caballero; Jesús Gámez, Sergio Sánchez, Demichelis, Antunes; Toulalan, Iturra; Joaquín (Piazon, 67'), Baptista (Seba, 79'), Isco; y Saviola (Santa Cruz, 74').
1-1, m. 36: Isco, de penalti.
1-2, m. 46: Isco.
Ganar con el chaqué puesto en Valencia sólo parece al alcance del Barcelona. La etiqueta no sirve en territorio granota. Hay que entregarse a la batalla. Bajar al barro y competir. El Málaga lo sabe bien. Fue zarandeado en su últimas visitas y esta vez se enfundó desde el principio el traje de currante para agarrarse con uñas y dientes a esa cuarta plaza de oro. Aun así, como viene siendo costumbre últimamente, tuvo que ser Caballero el primero en brillar en el bando blanquiazul. Mano salvadora, van centenares de ellas, a cabezazo de Míchel. Pero no pudo detenerle a Barkero el infantil penalti cometido por Demichelis sobre Martins. Clos Gómez y esa psicológica ley de la compensación que los árbitros, flojitos en su mayoría, aplican siempre que pueden permitieron el empate. Lell metió el codo en la espalda de Baptista y la aparatosa caída de La Bestia, que ya suma, equilibró el encuentro. Isco inició su show. Ejecución perfecta. 1-1.
Con Isco al timón, el manejo del choque era del Málaga. Pero este Levante de JIM nunca concede facilidades. Hay que tumbarle siempre. Y el Málaga encontró el camino hacia el mentón granota un minuto después del entreacto. El juego del Málaga desembocó en la derecha y allí apareció Toulalan, que empieza a ser de nuevo el todoterreno infatigable que es capaz de sostener de pie a cualquier equipo. Isco le esperó en la frontal y desde allí, con la tranquilidad y la clase de los mejores, ajustició a Munúa.
La fuerza, a veces excesiva, y el corazón del Levante mantuvieron el partido en el aire hasta el final. Le costará a Martins olvidarse de Caballero y sus continuos milagros. El Málaga se mantiene cuarto y le aguanta el pulso al Valencia. Llega el tramo decisivo de la temporada y Pellegrini vuelve a tener a su equipo y a sus piezas importantes on fire.