Isco-Juanmi, la conexión que inició todo en Lausanne

Hay que dar un salto temporal de cuatro años, hasta mayo de 2011 para meterse en situación. Se jugaba entonces la ronda élite del Europeo sub 19, que daba acceso a la fase final de un par de meses después. Dos malagueños estaban en aquella selección. Por un lado, el coíno Juanmi Jiménez, que esa temporada ya había descollado en su inicio a las órdenes de Jesualdo Ferreira, con un doblete histórico en La Romareda. Con Pellegrini su protagonismo menguaría. Por otro, Isco Alarcón, que también había debutado ya con el Valencia, con un doblete ante el Logroñés en partido de Copa, pero Unai Emery no liberaba su talento. Acababa de consumar el ascenso del filial, el Mestalla, de Tercera a Segunda B.

En Lausanne (Suiza) se jugó aquella ronda élite y nació una conexión, traducida en amistad, de la que se aprovechó el malaguismo. España ganó dos partidos, ante Suiza (2-1, uno de Juanmi y otro de Isco) y Montenegro (3-0, dos de Juanmi). Y empató otro, ante la Inglaterra de Harry Kane (1-1, uno de Isco), ahora de moda por ser con el Tottenham el máximo goleador de la Premier. El asunto es que de los seis goles de España tres los metió Juanmi y dos Isco. El otro, Morata, ahora en la selección absoluta como los dos malagueños. Y Juanmi e Isco se asistieron en cuatro de los cinco goles que marcaron. Juanmi ganó meses después el Europeo sub 19, al que no acudió Isco porque su desbordante talento le hizo escalar hasta el Mundial sub 20 de Colombia, que jugó ya como malaguista junto a otros jugadores de la provincia: Recio y Dani Pacheco. Caería en la tanda de penaltis de los cuartos de final en un tremendo encuentro ante la Brasil de Oscar, Willian, Danilo, Alex Sandro y Coutinho, a la postre campeona.
Marca TV retransmitía aquellos partidos de Suiza y cuenta la leyenda que Abdullah Ghubn veía el partido en un despacho de La Rosaleda y ordenó el fichaje de Isco. Hay algo de verdad en aquello, como también es cierto que Fernando Hierro, entonces director general del Málaga tras ser director deportivo de la selección española, tenía a Isco como protegido de su etapa en la Federación. Pareció una temeridad aquel fichaje, pagar seis millones de euros por un chaval de 19 años sin apenas experiencia en la élite. El tiempo convirtió la operación en una bicoca.
En el Málaga se pudo ver poco tiempo la conexión Isco-Juanmi. Apenas en un partido en La Rosaleda entre el Málaga y el Mallorca el año de la Champions, en el que una asistencia del del Arroyo de la Miel habilitó al coíno para lograr el empate. Aquella unión de Lausanne se traslada cuatro años después a 2015. Habrá dos oportunidades, el España-Ucrania y el Holanda-España, para reeditarla con la camiseta de la selección absoluta.