La victoria más triste
Un domingo muy especial para el Reus en su visita al Málaga. Tras la incertidumbre de los últimos días, donde la disputa del encuentro ha estado en el aire, finalmente la presidenta del Comité de Competición de la RFEF decidió que el mismo se jugase, por lo que el conjunto catalán viajó a la capital costasoleña con su plantel bajo mínimos.
A su llegada a La Rosaleda, las caras delataban a los jugadores al bajar del autobús. Ambiente muy frío, gesto bastante triste y cabezas bajas, que apenas reaccionaban a algún mensaje de ánimo que les daba algún aficionado malaguista que andaba por allí.
Tras saltar a reconocer el césped y poder departir con algunos compañeros del Málaga, el conjunto catalán se dispuso a pasar por vestuarios para prepararse para el calentamiento. Cuando volvieron a pisar el terreno de juego, el ambiente en las gradas aún era frío, debido al escaso público que se encontraba dentro del estadio. Aún así, tanto al saltar los porteros como cuando apareció el equipo, se pudo escuchar aplausos de parte de la afición malaguista.
Cuando se dieron a conocer las alineaciones por megafonía, el público ovacionó mientras se recitaba el once titular con el que el Reus iba a disputar el encuentro y los jugadores que ocuparían el banquillo, algo que se repitió al arranque del partido. Tardó unos segundos en dar el colegiado en pitar el comienzo, que corría a cargo del Reus, momento que aprovechó la afición.
También se oyeron aplausos para el Reus tras el gol de Borja Herrera a los once minutos, aunque a partir de este momento la afición ya se centró más en su equipo y en el partido. Pero, ante el enfado general de la grada con su equipo tras el penalti que supuso el 0-2, poco a poco el ambiente se fue enrareciendo en la grada. Pitos al Málaga y ‘olés’ en los pases del Reus que, curiosamente, acabaron en el tercer gol visitante, que fue hasta celebrado de forma irónica por los asistentes al estadio.
Al finalizar el encuentro, los jugadores del equipo catalán se reunieron en el centro del campo y agradecieron a la afición malagueña sus aplausos, aunque pocas imágenes de alegría se veían en los futbolistas. Duro y complicado domingo para el Reus, en una semana atípica y difícil, donde al menos mostraron su profesionalidad y su pundonor para al menos llevarse la satisfacción de conseguir la victoria en La Rosaleda.