El Grupo II de Primera RFEF da una lección y una advertencia al Málaga

Hace justo una semana que hacíamos referencia a la película Los juegos de hambre para explicar la situación del Málaga en su lucha en el alambre de la zona playoff. El equipo debía solventar las dudas generadas ganando al Recreativo de Huelva como fuera, a ser posible también convenciendo en el cómo. Lo hizo con un 2-0 que fue un soplo de aire para Pellicer y el grupo. Y como valor añadido a esa alegría malaguista, la jornada 24 terminó siendo casi perfecta por sus resultados externos.

El CD Castellón perdió en Mérida (2-1), territorio donde con mucho sufrimiento consiguió ganar el Málaga en diciembre. ¿Recuerdan cuando el equipo de Dick Schreuder parecía invencible? La Primera RFEF sonrió ante tal ejercicio de onvación al Dios Fútbol, caprichoso como nadie. Tres semanas consecutivas lleva el Castellón pinchando -empate, empate y derrota-. Sigue siendo líder, pero la UD Ibiza, que también perdió este fin de semana en Linares en el último minuto por 2-1, lo iguala a puntos (54). El Málaga también logró ganar en Linarejos en su día. Ahora, el ascenso directo lo visualiza a nueve puntos.

Por otro lado, el Córdoba tampoco pudo celebrar triunfo este domingo con su empate en Ceuta (1-1) y se queda con los mismos puntos que el Málaga, 45, aunque el equipo blanquiverde es dueño de la tercera plaza por la diferencia de goles (+20 a +17)  y el Málaga sigue siendo cuarto, pero con una situación mucho mejor a sus espaldas. El Recre, quinto, ya queda a cinco puntos. El sexto y equipo que marca la zona de fuera del playoff es el Algeciras (35), a diez puntos del Málaga, lo mismo que Antequera e Intercity. Benefició la derrota del Murcia (34) en casa, ya que llegaba en dinámica ascendente.

La advertencia que da la competición es más clara que nunca: ningún resultado debe darse por hecho antes de que ruede el balón porque ningún equipo, absolutamente ninguno, tiene el don de la imbatibilidad. Otra cosa es que lo parecieran. Los malos momentos le llegan a todos, véase el Castellón, pero no todos serán capaces de cortarlos de raíz lo más pronto posible, ni tampoco muchos son capaces de aprovechar esas caídas de terceros para recortar distancias. Ahí está el debe del Málaga, que si no hubiera decepcionado en Melilla o desmoronado en Ceuta estaría muchísimo más al acecho. Lo que podría haber pasado y no pasó, sin embargo, es ficción y no big data. Quedan catorce jornadas y eso es un mundo.

Encontradas las sensaciones como local, el Málaga busca ahora enderezar la consistencia a domicilio. La afición no celebra tres victorias consecutivas desde septiembre y principios de octubre con aquellos cinco triunfos en cadena (Atlético 'B', Atlético Baleares, Recreativo Granada, Linares y San Fernando). Sus tres triunfos en los últimos cuatro partidos permiten ver el panorama con más color, sobre todo por el dominio que lograron ante el Decano. Convertir eso en un patrón es lo realmente complicado. El sábado, en Alcoy, otra prueba para medir la fiabilidad de este equipo, capaz de ilusionar y decepcionar con siete días de diferencia.