Catanha confiesa en mitad de la tormenta del Vélez: "Veo al Málaga muy distante conmigo"

La Gaviota de Recife tiene 52 años y ya no marca goles, vigila el balón desde la barrera. Henrique Guedes da Silva, aunque conocido para el mundo fútbol como Catanha, ha aceptado meterse en el ojo del huracán. La complicada y triste situación del Vélez CF, club centenario cuyos gestores juegan con el fuego de su desaparición, no impidió que el exdelantero del Málaga, Celta de Vigo y la selección española aceptara la proposición de entrenar al equipo en las últimas cinco jornadas de Segunda RFEF. Se estrenó con derrota (0-1) el pasado fin de semana y le quedan cuatro balas para una hipotética salvación.

Después de un entrenamiento a pleno sol en el Estadio Vivar Téllez de Vélez-Málaga, Catanha atendió a la cámara de ElDesmarque este jueves como parte de un reportaje sobre la grave situación de la entidad y sus jugadores, que llevan meses sin cobrar, algunos aún sin ficha profesional y otros casos más graves como dos jugadores africanos que tienen necesidades básicas de comida y vivienda.

Casualmente apareció por allí, sobre las 10.00 de la mañana, el presidente argentino Pablo Sebastián Nilo, que se paseó por el césped móvil en mano, saludó al técnico hispano-brasileño y a algunos jugadores. Poco contacto más tuvo en una mañana intensa, con reunión con el Ayuntamiento de Vélez incluida, donde le llamaron a la acción para que se encargara de los impagos de la plantilla y los gastos mínimos que requieren un club al que, de momento, tiene abandonado. Se ha comprometido a ello. Una promesa más que no se ve con excesiva confianza dentro del club. Este medio intentó hablar con Nilo durante el el día, pero decidió posponer en varias ocasiones la cita.

Catanha no tiene utilleros, ni médico ni fisioterapeutas en su cuerpo técnico. Solo le acompaña su hijo "para echarle una mano". "Cuando me llamaron, acepté el desafío sabiendo las condiciones que el club está pasando. Decidí afrontarlo con los demás chicos, estoy encantado y feliz. Espero poder alcanzar mi meta", relata. No ha llegado al club gratis ni comparte la situación de impagos que tienen sus jugadores. Catanha acordó 4.000 euros en un primer pago que deberá completarse a final de campaña con otros 4.000, según las fuentes consultadas.

"De momento he firmado hasta final de temporada con opción de renovar ya con las cosas más claras. Esperamos dar lo máximo aquí y hacer una planificación mejor, tener más tiempo para poder trabajar". Vive desde hace siete años en Torremolinos y está empezando su carrera como entrenador tras licenciarse con el curso UEFA Pro.

Un reto para "encarar"

No le echó para atrás la situación del Vélez. Lo tomó como un desafío. "Tenía en cuenta la situación que había, pero este desafío había que encararlo. Mucha gente no viene y pone pegas diferentes. En mi caso, en toda mi vida fui así. A veces creo que como entrenador tienes que pasar por estas situaciones para aprender para el futuro".

"Lo vi como un desafío, un aprendizaje en mi carrera. Los chicos me trasladaron la situación que se está viviendo y lo primero que hablé con ellos es que los problemas de fuera del campo no podemos traerlos dentro del campo, porque sino no funcionamos bien. Los resolvemos y arreglamos fuera, pero dentro a jugar", dice.

Su plantilla es un grupo de jóvenes que no llegan a los 24 o 25 en su mayoría, algunos con 18 años y poquísima experiencia en este nivel. Hablamos de la cuarta categoría del fútbol español. Algunos, antes en el filial, han dado un salto de tres divisiones por pura necesidad. En enero hubo una desbandada de casi toda la plantilla que comenzó la campaña. ¿La razón? No cobraban desde octubre.

"Es un vestuario bueno, estoy muy contento con el recibimiento de todos. Sabemos lo que quiere este vestuario, con gente joven que quiere aprender y que tiene futuro. Toda información que tenga a mi alcance tiene valor. Son gente que quiere vencer en la vida", asegura Catanha, que sujeta en sus manos un peto y unos conos que él mismo ha colocado y ha recogido.

También agradece la solidaridad de clubes como Málaga CF o Torre del Mar, que se han prestado a ayudas en dietas y desplazamientos. "Hacía mucho tiempo que no veía un caso como este en el fútbol. Hay maneras de arreglarlo, hay clubes como Málaga o Torre del Mar que tienen cierto cariño por Vélez y eso es de agradecer mucho. Ayudar a los chicos a seguir adelante. En este momento, el Vélez va a tener un apoyo muy grande, estoy seguro".

Sobre la comunicación, hasta el momento opaca, con el presidente, cuenta que ha hablado "un poco" con él y le ha explicado "más o menos lo que quiero". "Hablar algo que sea diferente al fútbol, lo hago fuera. Aquí en el campo estoy enfocado en el fútbol. Ya después arreglamos fuera. Tenemos cosas pendientes que hablar, pero estamos enfocados en los últimos cuatro partidos, en dar la mejor imagen posible. Hay mucha gente detrás, muchas familias". A siete puntos de la salvación con 12 en juego está difícil el milagro, pero tratarán de hacer que ocurra. Los chavales compiten como animales pese a las circunstancias.

"Formo parte de las leyendas del Málaga CF y no recibí ni un mensaje. Los veo muy distantes, pero lo respeto"

"La situación es la que es. Está mi hijo echándome una mano. Para mí los utilleros y demás son gente sagrada, son los primeros que tienen que cobrar las deudas que tiene el club. Esas personas del día a día son las que tienen que ser sanada. Gente que está con la ropa, con la ropa, los que nadie ven. He tenido, por ejemplo, un cariño muy grande por utilleros del Málaga como Zambrana o en el Celta de Vigo".

Decepcionado con el Málaga CF

Preguntado por su pasado malaguista, Catanha asume que las relaciones con el club no son las ideales. No haber recibido una llamada para el 120 aniversario le ha dolido. "Estoy aquí en Málaga, formo parte de las leyendas del Málaga y no recibí ni un mensaje. Creí que como estaba aquí y soy una persona que hizo una labor muy grande para la institución, al menos recibiría una llamada... pero ya que se ha actuado de esa forma, tampoco tengo que recriminarlo".

"Cada uno sabe lo que ha hecho. ¿Si tengo alguna espinita? No, pero sí que veo al Málaga muy distante. Muy distante. Pero de cualquier forma lo respeto. Si quieren valorar lo que hice, bien, si no quieren valorarlo, tampoco... Yo no voy a estar tocando a una puerta todo el rato ni nada de eso. Tengo mis valores, sé lo que he hecho allí... y para adelante".