La emocionante carta de despedida de Luca Sangalli al Málaga citando a la Divina Pastora: "No he sido capaz"

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El Málaga y Luca Sangalli han rescindido el contrato
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Este lunes, el Málaga ha hecho oficial la salida de Luca Sangalli al rescindir contrato con un año más de vinculación con el equipo de la Costa del Sol. El vasco se había quedado sin sitio a las órdenes de Sergio Pellicer y ha querido decir adiós con una carta de despedida escrita con una sinceridad y un corazón pocas veces vista en el mundo del fútbol que ha enamorado a la afición.
El mediocentro ha dicho adiós con un mensaje en su cuenta de Instagram en el que ha dejado claro su amor por el equipo malacitano con todo lo que echará de menos de la ciudad, dentro y fuera de La Rosaleda, citando incluso a la Divina Pastora. También ha querido pedir perdón al no haber sido capaz de dar lo mejor de sí mismo para triunfar con la camiseta blanquiazul reconociendo incluso que "ha fracasado", aunque se marcha "con la cabeza tranquila".
Tanto la afición del Málaga como sus excompañeros también han querido tener palabras bonitas para Luca Sangalli tras un escrito en el que se ha desnudado emocionalmente de una forma que el fútbol no acostumbra a mostrar. Una forma emotiva de poner punto y final a dos años en el cuadro malaguista con el cénit del ascenso en Tarragona.

La carta de despedida de Luca Sangalli al Málaga
Hoy pongo final a mi etapa como jugador del Málaga. Una etapa dura, exigente, difícil. Pero también bonita, gratificante e inolvidable.
No han sido las temporadas que soñé cuando me decidí a venir a esta maravillosa ciudad. Soñaba con disfrutar y hacer disfrutar, con poder aportar el máximo desde dentro del terreno de juego, de ser parte activa de un grande como el Málaga.
No pudo ser, no he sido capaz. He vivido esa cara cruel del fútbol, esa gran desconocida, la que no se ve por la tele. Esa lucha continua contra el síndrome del impostor. Por mucho que sepas que tu labor en el equipo también es fundamental aunque no juegues, por mucho que des todo de tu parte por mejorar y ayudar al equipo, tu cabeza no ceja en su empeño de poner en duda constantemente tu valía. El agradecimiento y reconocimiento de los compañeros y familia, esos que son conocedores de tu trabajo del día a día, es ese sostén que te hace perseverar.
“Ecce beatificamus eos qui sustinuerunt”, como reza la Divina Pastora de Málaga.
Me voy con la conciencia tranquila. Triste, dolido, jodido. Por haber fracasado, por no haber aprovechado las oportunidades. Pero con la conciencia bien tranquila y la certeza de haber puesto todo lo que estaba en mi mano. He defendido con el alma los colores blanquiazules cada vez que he vestido la camiseta malaguista. He aprendido realmente lo que conlleva ser profesional, darle valor a los detalles. Los sacrificios diarios, cuidar la nutrición, potenciar mis capacidades físicas. He mejorado como futbolista, pero no ha sido suficiente.
Vine siendo un chaval y me voy siendo padre. Me quedo con los buenos momentos vividos, que los ha habido y muchos. Con la buena gente con la que he convivido estos años. Con el sufrido ascenso y la solvente permanencia. Con las noches de La Rosaleda, los recibimientos, celebrar una victoria con nuestra gente al ritmo de la gitana, los desplazamientos fuera de casa y la pasión de una ciudad con su equipo. Estoy tremendamente agradecido y orgulloso de haber formado parte de este club. De todo el cariño y el apoyo que he recibido dentro y fuera del campo. Es difícil jugar como local en La Rosaleda, pero más difícil es, y lo se por experiencia, hacerlo como visitante.
Echaré de menos Málaga, la bombonera, la flor de la costa del sol. Ir cada mañana a La Rosaleda con la ilusión del primer día, entrenar con mis compañeros, las tertulias en la sala de fisios, las comidas en familia. Echaré de menos la ciudad y sus gentes, su gastronomía y su salero, su cultura y su clima, a veces.
No es la típica carta/plantilla de despedida impersonal y cutre que probablemente debería haber escrito, pero es la que me apetecía escribir y compartir.
Un malaguista y bokeron, de corazón, para siempre.
Cuando quieras aquí tienes tu casa. A veces en la vida las cosas no salen como a uno le hubiera gustado. Gracias y que te vaya bien Luca.