El ejemplo de lo que un árbitro no debe hacer: la decisión por la que Haaland entra en cólera
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El noruego no se podía creer la decisión del árbitro
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Simon Hooper corta una ocasión muy clara de Grealish
El arbitraje siempre está en el punto de mira. Los colegiados tienen una tarea muy difícil en cada partido, da igual si es en LALIGA EA Sports o en la Premier League. Con el VAR tienen algo más fácil su trabajo (o eso se esperaba), pero hay algunas jugadas en las que los árbitros tienen que decidir en cuestión de décimas de segundo. Y, en esas situaciones, no siempre aciertan. Esta vez le tocó al Manchester City de Pep Guardiola estar en la otra cara de la moneda. Los citizens fueron gravemente perjudicados por una decisión arbitral claramente errónea. Solo hay que ver la reacción de Erling Haaland, totalmente fuera de quicio, para comprender la gravedad de esta decisión.
Haaland, desquiciado con la decisión del árbitro
El equipo citizen ha sufrido en el partido contra el Tottenham una de esas decisiones que decantan la balanza. El Manchester City ha acabado empatando en casa (3-3) en un partido en el que lo que más se va a hablar es una decisión arbitral. La ley de la ventaja que no aplicó el árbitro del encuentro, Simon Hooper.
Ocurrió en un contraataque de los locales en el descuento. Una jugada encabezada por el delantero noruego que, después de sufrir una clara falta mientras armaba la ofensiva, consigue rehacerse y acaba filtrando un pase al hueco espectacular que dejaba solo a Grealish. El árbitro, que en un primer momento parece dar la ley de la ventaja, acaba pitando la falta sobre Haaland cortando un mano a mano del City muy prometedor.
La polémica acción en pleno descuento que hizo entrar en coléra al Manchester City 😳
El árbitro pitó falta a Haaland cuando Grealish se ponía mano a mano 👀#PremierLeagueDAZN ⚽🏴 pic.twitter.com/hfg4lhxrS0
— DAZN España (@DAZN_ES) December 3, 2023
Una reacción que ha hecho que el propio Erling Haaland enfureciese de una manera que no le recordamos. Hasta el propio Pep Guardiola, que suele ser muy contenido en estos casos, no da crédito a lo que acaba de pitar el árbitro. Un ejemplo más de lo que no debe hacer un árbitro.
