No hubo milagro para Mikel Arteta en St. James Park. El Newcastle se ha metido en la final de la EFL Cup, la Copa de la Liga de Inglaterra, tras derrotar de nuevo en el segundo partido al Arsenal. Un 2-0 con goles de Jacob Murphy y Antonhy Gordon que se suman al 0-2 logrado en el partido de ida, por lo que los 'magpies' le han endosado un contundente 4-0 a los 'gunners' en esta eliminatoria de semifinales.
El Newcastle ya espera rival en la final de Wembley, que se disputará el próximo 16 de marzo. Un rival que saldrá este jueves del partido entre el Liverpool y el Tottenham que se disputará en Anfield. En la ida, los Spurs se impusieron 1-0, por lo que los 'reds' tendrán que remontar si quieren meterse en la final.
Será la segunda final de la Copa de la Liga desde que el fondo de inversión de Arabia Saudí se hizo con el Newcastle. La primera, en 2023, la perdieron contra el Manchester United. Para el Newcastle esta final es la oportunidad de ganar su primer título desde la Copa de Ferias de 1969 y su primer título doméstico desde la FA Cup en 1955.
Pese al espíritu de remontada de los de Mikel Arteta, el Newcastle supo controlar mejor el partido en todo momento y lo demostró desde el principio. Alexander Isak pilló por primera vez a Gabriel y Saliba despistados a los 4 minutos, pero el linier anuló ese primer tanto por fuera de juego.
Aún así, el 1-0 no tardó mucho en llegar. A los 19', Isak ganó en el duelo a Saliba, descargó la pelota y tiró un desmarque a la media vuelta por detrás del central. El balón que le pusieron en profundidad fue perfecto y su disparo, con David Raya descolocado, se estrelló en la madera, pero Jacob Murphy cazó el rebote completamente solo.
El 1-0 ponía en completo jaque la remontada del Arsenal, que antes del gol de Murphy había tenido la más clara con un remate al palo de Martin Odegaard. Con Martinelli lesionado y un Newcastle comodísimo con su papel de esperar atrás, lo peor que podía hacer el Arsenal era pegarse un tiro en el pie, y Raya, con una cesión terrible a Rice, sentenció el encuentro. Schär fue al suelo, robó la pelota al centrocampista inglés y Anthony Gordon, a puerta vacía, confirmó el pase del Newcastle a la final de Wembley.