El Rayo despide mirando a Primera un 2017 que empezó cerca de Segunda B
David RamiroMadrid, 30 dic .- El Rayo Vallecano cierra un 2017 muy convulso en el que ha vivido de todo, desde los nervios por la situación en descenso a Segunda B durante cuatro jornadas de la temporada pasada, hasta el ilusionante nuevo curso del que disfruta en su cuarta posición de promoción a Primera.
El año comenzó mal para el Rayo. El entrenador Rubén Baraja -el segundo de la temporada tras el cese de José Ramón Sandoval- fue cuestionado casi desde el principio, los resultados no le acompañaron, el juego tampoco, y acabó destituido el 20 de febrero.
Su sustituto fue un hombre de la casa, Miguel Ángel Muñoz, 'Míchel', que se estrenaba como entrenador en un banquillo profesional.
A la delicada situación deportiva que se encontró Míchel tuvo que unir el descontento de la afición con la directiva debido a la deriva que estaba tomando la temporada con dos entrenadores cesados y el conflicto que se montó con el fichaje frustrado del ucraniano Roman Zozulya, al que rechazó de pleno la hinchada por su ideología.
El debut de Míchel, a nivel deportivo, no pudo ser peor. Perdieron en Getafe, cayeron en descenso y el equipo estuvo cuatro jornadas entre los últimos cuatro clasificados.
El punto de inflexión llegó el 25 de marzo. En Los Pajaritos, frente al Numancia, el Rayo empató, salió del descenso y comenzó a tirar para arriba después de que Míchel diera con la tecla, volviera a los principios futbolísticos de Paco Jémez y recuperara anímicamente a un grupo que durante varios meses no supo a qué jugaba.
La salvación matemática se produjo a pocas jornadas de que acabara el campeonato, pero la lección se aprendió en Vallecas. Para la siguiente temporada habría que tomar decisiones drásticas y renovar el plantel con jugadores comprometidos y repletos de ambición.
De esta forma llegaron al Rayo jugadores importantes como el portero Alberto García, los defensas Baiano y Emiliano Velázquez, los centrocampistas Pancho Cerro y Unai López y delanteros como Raúl de Tomás. A ellos se unieron dos ilustres con pasado rayista, los argentinos Alejandro 'Chori' Domínguez y Oscar Trejo.
Míchel, conocedor como nadie de lo que significa el Rayo, también dio galones de jugador importante desde el principio de la temporada a un futbolista llamado a convertirse en un símbolo del club, el centrocampista Fran Beltrán, salido de la cantera y que tiene enamorado a la afición por su entrega. Su irrupción destronó a otro ídolo, Roberto Trashorras, que a sus 36 años pasa más tiempo en la grada que sobre el césped.
En definitiva, un equipo confeccionado para competir en Segunda, con una buena dosis de ambición y mezcla de esa veteranía y juventud necesaria para un campeonato de 42 jornadas.
La regularidad y la constancia, dos de las claves más importantes para Segunda, las está teniendo el Rayo, que semana a semana da síntomas de equipo cada vez más serio y ordenado atrás y peligroso en ataque.
Con 35 puntos, el Rayo cierra el año como cuarto clasificado empatado con el tercero, el Real Oviedo, y a solo uno del segundo, el Cádiz. El líder, el Huesca, está a cuatro.