La fiesta del fútbol regresa a Vallecas un mes después
Un mes después de recibir al Sevilla, y con varias semanas de cierre de por medio, el estadio de Vallecas volvió a abrir sus puertas para recibir al Alavés y disfrutar de una jornada festiva de fútbol en la que el Rayo cayó goleado por el conjunto vitoriano.
El 19 de agosto el Rayo inauguró la Liga con el Sevilla y unos días después, cuando la afición se preparaba para recibir al Athletic, saltó una noticia que ha marcado la actualidad del club desde entonces.
El estadio de Vallecas, propiedad de la Comunidad de Madrid, fue clausurado el 27 de agosto al "no poder garantizar la seguridad de los asistentes" debido a las obras que se estaban realizando en el recinto desde el 4 de junio y que estaban destinadas a que esas instalaciones pasarán la Inspección Técnica de Edificios.
El cierre provocó el aplazamiento del partido frente al Athletic Club de Bilbao, previsto para el 1 de septiembre, y mantuvo la incógnita sobre la celebración del partido hasta menos de las veinticuatro horas de la llegada del Alavés.
La afición rayista, deseosa de ver a su equipo, dotó de color al choque con sus cánticos y bufandas al viento del cielo de Vallecas, aunque también se acordó de la directiva y su gestión al frente del club en sus proclamas.
El horario, la una de la tarde, y el buen tiempo, con sol veraniego, ayudaron a que la afluencia de público fuera masiva y Vallecas registrara una gran entrada. Sin embargo, ese buen ambiente no fue suficiente para que el Rayo pudiera dar una alegría a su afición, que vio como su equipo cuajó un mal partido y fue superado por el Alavés.
El conjunto vitoriano no estuvo solo en Vallecas y dos centenares de aficionados del Alavés también dieron a las gradas del estadio un color blanco y azul que también se hizo notar con sus guiños a los Bukaneros, la hinchada rayista que se sitúa en el fondo y con la que mantienen buena relación.