El Espanyol explota con un inicio de escándalo y apunta alto
El Espanyol apunta alto, ya no es ningún secreto a estas alturas de temporada, donde el conjunto del entrenador Joan Francesc Ferrer 'Rubi' se ha catapultado al quinto puesto de la clasificación con 14 puntos despertando los elogios de los propios rivales.
El partido de este domingo contra el Villarreal fue el último episodio del vendaval blanquiazul. Los aficionados 'pericos' vieron como su equipo firmaba un monólogo de ocasiones ante un contrario diseñado para estar en la zona de Liga de Campeones y amarraba otra victoria en su estadio, donde está intratable.
De hecho, el Espanyol suma cuatro triunfos como anfitrión. Es el mejor equipo actuando como local de LaLiga Santander: Lo ha ganado absolutamente todo en su estadio y, además, únicamente ha encajado una gol, frente al Villarreal. El RCDE Stadium es un auténtico fortín para los catalanes.
La asignatura pendiente es ganar fuera de casa. Los de Rubi no se conforman y asumen que vencer a domicilio es ahora su siguiente objetivo.
En sus cuatro desplazamientos, el cuadro blanquiazul suma dos empates y dos derrotas. Es el tercer peor visitante de Primera, con los mismos puntos que el Athletic, con dos duelos menos.
En cualquier caso, el rendimiento del Espanyol hasta este momento de la temporada sólo hace que acumular elogios, hasta de los técnicos rivales. Tras el encuentro contra el Villarreal, su propio entrenador, Calleja felicitó a los pericos y reconoció su superioridad en todas las facetas del juego.
Los futbolistas blanquiazules mantienen los pies en el suelo: Todos asumen que esto es muy largo. Por el momento, el Espanyol ya ha logrado romper todos los pronósticos del principio de temporada, que arrancó con buenas sensaciones por los éxitos del verano, pero también con dudas por la falta de fichajes.
De hecho, el límite salarial del club bajó hasta los 56,7 millones de euros, el décimo en esta particular clasificación de Primera división. Actualmente, los catalanes están compitiendo con equipos que multiplican, como mínimo, por tres esta cantidad. Está claro que los complejos no van con el equipo de Rubi.
