El recuerdo de 2011 apacigua a la fiera

Rubén Castro no ha arrancado fino la pretemporada, al menos de cara a la meta contraria. En realidad, para ser justos, a muy pocos le están saliendo las cosas en el Betis en esta preparación de la ilusionante campaña que está a la vuelta de la esquina. Son ya seis los amistosos que ha disputado el conjunto verdiblanco en lo que va de verano, con sólo una victoria, que fue ante el Coria, ni más ni menos. A pesar de que al equipo le faltan cosas, lo que parece evidente es que ha echado de menos esa aportación goleadora del canario que tantas cosas buenas le ha dado en los últimos años. Y es que, esos seis partidos, Rubén Castro aún no ha podido estrenar su casillero particular de goles. Un dato que, si bien es preocupante, tampoco debe provocar que se enciendan las alarmas. Sobre todo, a tenor de un halagüeño precedente.

A estas alturas, discutir la pegada del que ya es el mejor goleador de la historia del Betis sería absurdo. Sin embargo, no es extraño para el canario el hecho de tardar tanto en afinar la puntería. Sirva como ejemplo el verano 2011. En su primera pretemporada completa en el conjunto heliopolitano se quedó sin golear. Después de marcar 25 goles en la campaña del ascenso, el punta verdiblanco no consiguió perforar la portería rival en ninguno de los nueve partidos que disputó el Betis en aquella pretemporada. Sin embargo, esta pequeña mácula, el canario logró estrenarse en la primera jornada de la Liga, ante el Granada, con un gol que valió los tres puntos. Aquel año, acabó marcando 16 goles.
Por otro lado, en la pretemporada de 2012, consiguió un hat-trick en el primer partido ante la Valdeverdeña. Un año más tarde, en un verano en el que comenzó su calvario con una lesión de espalda que arrastró durante toda la temporada, también se estrenó en el primer amistoso, con un doblete ante Los Barrios. El verano pasado, el delantero también consiguió su primer gol en el arranque de la pretemporada, en la victoria por 3-1 ante el Brighton.