Un paso atrás, un paso al frente
Al final, lo que cuenta, los números, dicen que el Betis acabará el 2017 con 21 en la tabla, otra vez en la mediocridad, otra vez sin aprovechar un día para dar un salto. Pero hay días y días, aunque lo que de verdad valga en el mundo del fútbol sean las victorias. El Betis no ganó, perdió ante el Athletic, pero dejó señales de tener mucha vida. Y hasta fútbol. Entre el desquicio con el árbitro, la mala puntería y la desgracia de Feddal. Con todo, tiene argumentos para dar un salto y, sobre todo, para pelear el derbi.
Porque el Betis peleó y luchó, pero no tuvo premio. La única buena noticia, si se puede ver así, es que Mandi y Feddal, sobre todo Feddal, estarán en el Sánchez-Pizjuán, donde el Betis estará descabezado en el banquillo, por las expulsiones de Setién y Sarabia. Una versión del Betis positiva sin puntos. Al final, un fin de año más triste de lo esperado.
El Betis del inicio recordó al buen Betis de esta temporada, con mucha presión e intensidad. Pero a este buen Betis le faló gol, el que tenía el otro Betis. Porque la acción de Camarasa que acabó en el poste tras una parada de Herrerín tuvo que acabar en gol. Como otra después en la que la grada reclamó gol, menos fantasma que el de La Rosaleda porque esta vez no rebasó la línea. Dos jugadas que bien pudieron haber cambiado el partido y haber roto a un pobre Athletic.
Pero el Athletic, por pobre (de nivel) que sea, aparece cuando menos se lo espera. Feddal Salvó bajo los palos un tiro de De Marcos y Adán tuvo que sacar dos buenas manos ante Susaeta para evitar el primer gol. Y de la nada, de un forcejeo entre Amat y Laporte, llegó la jugada del partido. El catalán se calentó y lanzó una patada al francés. Sólo lo vio el árbitro. Esta vez sí, el árbitro vio una jugada polémica. Roja, penalti... y gol de Raúl García.
Sin premio
Con diez, el intento del Betis del tiqui taca siguió latente, pero con uno menos los espacios atrás son mayores cuando vas por debajo en el marcador. Williams, con la ayuda de Martínez Munuera, que dio una asistencia perfecta, estuvo muy cerca de sentenciar poco antes del descanso. Inmerecido resultado para el Betis, pero el fútbol, como diría aquel, es así.
La segunda parte fue un torbellino de tensión. Muchas jugadas donde la grada miró al árbitro, donde el Betis pidió todo lo posible. Pero no encontró premio. La grada agradeció el esfuerzo porque la noche noe staba ni para puntuar. Aunque enfrente estuviera uno de los peores Athletic que se recuerdan.
Entre una parada de Herrerín a Sergio León y otra de Adán a Aduriz el partido se fue muriendo. El autogol de Feddal no mandó al Betis a la lona, porque la grada se encargó de levantar a sus chicos. Es otro Betis, con 21 puntos, pocos, pero otro Betis. Y si ahora mismo preguntan a los béticos, seguro que piensan que esta vez sí hay derbi en Sevilla.
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