Jorge Molina y nunca rendirse: “Cuando llevaba cinco años en 3ª División no pensaba en jugar en Primera”
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Jorge Molina habló con ElDesmarque
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Nos explicó lo que sentía cuando no era jugador profesional
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La anécdota que Jorge Molina no olvida con un niño en la Feria: "Sentí un calor por detrás..."
Triunfar en el mundo del fútbol es un logro al que solo llegan muy pocos. Hay jugadores que no dejan de intentarlo y no llegan. Otros, a golpe de suerte, lo consiguen antes que los demás. Para Jorge Molina, el trabajo, la suerte y su indudable calidad le llevaron a Primera División… con 29 años.
Con esa edad acababa de ayudar a ascender al Real Betis a Primera División. Ese año, en Segunda, anotó 18 goles. Lo que él no sabía es que iba a formar una dupla histórcia con Rubén Castro y que le quedaban doce años más pudiendo disfrutar de ser un jugador de élite.
Hemos hablado con él de lo que es jugar en las categorías inferiores del fútbol y de cómo se plantea uno la vida en el fútbol después de tantos años sin ser profesional. Jorge Molina abrió su corazón en ElDesmarque y confesó que llegó un momento en el que pensaba que nunca iba a jugar en Primera. En el vídeo que encabeza la noticia, las palabras de Jorge Molina.
Jorge Molina y el disfrutar del fútbol
Su carrera comenzó en 2001, jugando en la Tercera División Española para equipos como el Alcoyano, el Benidorm o el Gandía. “Cuando llevaba cuatro o cinco años jugando en Tercer piensas en disfrutar el momento, pero no piensas en jugar en Primera División”, nos explica el jugador.
No es hasta 2007 que el Poli Ejido le ficha para la campaña en Segunda División. Sus 5 goles no pudieron ayudar al equipo y el conjunto andaluz descendió.
Dos años después el Elche confía en él para su ofensiva e intentar ascender a Primera. No lo consiguieron, pero Jorge Molina fue el pichichi de Segunda con 26 goles.
Para la siguiente temporada, el Real Betis, que había descendido dramáticamente, le quiere como acompañante de Rubén Castro en la delantera. Rubén marcó 27. Molina, 18. Una dupla que hizo ascender al conjunto verdiblanco y que comenzaría una etapa legendaria en Sevilla.
Como decíamos, un jugador normal, con 30 años, aunque sea su mejor momento, sabe que detrás de la esquina está la retirada. Sin embargo, Jorge Molina, que acababa de llegar, tuvo mucho tiempo por delante para seguir trabajando en el mejor fútbol.
“He jugado en todas las categorías, he ido subiendo poco a poco y lo bueno es que he alargado la carrera y he podido disfrutar más de ser un jugador de élite”, nos confiesa.