La desoladora reacción de Pellegrini justo cuando el Chelsea levantaba la Conference League

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El entrenador se quedó solo, mirando el festejo del Chelsea
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El Betis perdió una oportunidad histórica
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Pierden 1-4 y la afición del Betis canta más fuerte que la del Chelsea: el gesto que da la vuelta al mundo
Absolutamente desolado. La dolorosa derrota sufrida frente al Chelsea (1-4) supuso un jarro de agua fría para los intereses del Real Betis, que no pudieron lograr su primer título europeo. Esta vez el discípulo, Enzo Maresca, le ganó al maestro, Manuel Pellegrini, cuyos cambios empeoraron al equipo tras el paso por vestuarios. Su equipo lo acarició durante una hora de partido y tuvo incluso opciones de poner tierra de por medio, pero la endeblez defensiva, la principal carencia de la plantilla, terminó pagándole cara y en apenas unos chispazos el conjunto británico le dio la vuelta al marcador. Un varapalo quizás injusto, a tenor de lo visto sobre el césped, pero que demostró que en este tipo de compromisos el escudo pesa y mucho. Una decepción tremenda, que priva al entrenador de convertirse en el técnico más laureado de la historia del club.
Manuel Pellegrini, cabizbajo y solo
Y ese pesar aparecía reflejado en el rostro de Manuel Pellegrini. Si bien mantenía el semblante tranquilo de siempre, esta vez se le vio más cabizbajo que decostumbre. Desolado, abatido, consciente de la oportunidad que se les había escapado. Mientras los jugadores lloraban desconsolados y pedían perdón a los casi 15.000 desplazados, el entrenador se quedó en solitario. Caminando por el césped, con los brazos cruzados, de un lado al otro.
Justo cuando el Chelsea levantaba la copa de la Conference League, el entrenador se quedó con la mirada fija al festejo del conjunto británico, sabiendo que por momentos ese título debió ser suyo. Un gesto que refleja lo cerca y a la vez tan lejos que el Real Betis estuvo de lograr su primera presea europea.
De hecho, la derrota de este miércoles terminó con una larga racha de éxitos españoles en las grandes finales continentales que inició el Real Madrid en 2002 y que cierra el equipo sevillano en Breslavia, Polonia. Un año antes, en 2001, se marcó un antes y un después de una edad de oro del fútbol español, más concretamente en el Viejo Continente: a partir de ese trágico año, y hasta este miércoles, los conjuntos hispanos derrotaron a todos los rivales a los que se enfrentaron en finales europeas.
