Piccini confiesa la mala vida que tuvo en el Betis: "No dormir, salir, beber..."

-
"No era un profesional, no tengo problema en admitirlo"
-
Sofyan Amrabat, con la ilusión de quedarse en el Betis en propiedad
Cristiano Piccini ha anunciado su retirada y cuelga las botas siendo la del Real Betis la camiseta que más ha vestido a lo largo de su carrera. Su fichaje se recuerda con especial cariño en la ciudad, en una época compleja donde el club coqueteaba con incluso la desaparición. El italiano fue partícipe del ascenso a Primera División y estuvo tres años en la capital andaluza, pero las lesiones y los problemas físicos le impidieron tener más regularidad de la que le habría gustado. Una época que recuerda con mucho cariño, aunque como él mismo reconoce el primer año no fue todo lo "profesional" que uno espera.
En una entrevista para el diario AS, Piccini confiesa que su estilo de vida le pasó factora al principio: "Llegué muy ilusionado con la experiencia de poder jugar en un equipo tan grande. Seguramente no estaba preparado porque era joven y llego con mi estilo de vida en Italia. Como no había jugado en equipos con tanta masa social y realmente no me conocía nadie, pues mi estilo de vida era muy de chico joven, de salir, de disfrutar de la vida, de la noche".
Piccini reconoce que no fue profesional
Cristiano Piccini admite que no llevaba la mejor vida para un futbolista: "Claro, yo me encontré en una ciudad tan llamativa en ese aspecto y no supe gestionarlo al principio. Tuve muchas lesiones musculares, no era un profesional, no tengo ningún problema en admitirlo. Y luego, después del primer año que fue en Segunda División, subimos a Primera, donde no jugué muchos partidos".
Pero todo cambió conforme fue pasando el tiempo: "Al año siguiente el Betis me compró porque el primer año fui cedido. Ya había asentado la cabeza, ya había conocido la ciudad, ya había entendido que mi cuerpo también estaba cambiando".
Y aunque las lesiones no desaparecieron, sí que mejoró en mentalidad: "Con 22 años ya no tenía la resistencia de no dormir tanto, de salir, de beber... que tenía con 18, que me creía que era Ironman y podía hacer todo. Yo llegaba a los entrenamientos del Carrarese directamente, había dormido en el coche, ¿sabe? Dos horas y me iba a entrenar. En el segundo año del Betis jugué 18 partidos seguidos a un buen nivel y la putada fue que en el primer partido de la segunda vuelta me rompí el cruzado. Y ahí obviamente pues se paró un poco mi progresión, me operé, hice la rehabilitación y en seis meses, o sea, empezando la temporada siguiente, ya estaba bien para jugar e hice una buena temporada ahí y luego me fichó el Sporting de Lisboa".
