Isco Alarcón, ayudado por Manu Fajardo para subir la escalera: la imagen que hiela al Betis

Se encienden las alarmas a tres días del derbi. Ni siquiera se había cumplido el minuto cinco de partido cuando Isco Alarcón y Sofyan Amrabat tuvieron que pedir el cambio. Una noticia que deja al beticismo con el corazón en un puño, ante la posibilidad de no poder contar con sus mayores astros -además de Antony y Lo Celso- en el importantísimo duelo del domingo contra el Sevilla FC. Una posible lesión -o lesiones- que se produjo de la forma más surrealista posible.

Isco no podía apoyar el pie

En un ataque verdiblanco, y tras un rechace de la defensa local, Isco Alarcón se disponía a controlar el balón. De espaldas, y sin poder ver la llegada de su compañero, apareció de cara Sofyan Amrabat para preparar un disparo fortísimo. Un chut que, con toda la mala suerte del mundo, provocó un fortísimo impacto del balón entre los dos tobillos de los jugadores del Real Betis, que por esa falta de entendimiento ponen en serio peligro su presencia en el derbi.

Nada más producirse la acción, Sofyan Amrabat tuvo que ser atendido por los servicios médicos, aunque por minutos pudo continuar. Igualmente ocurrió con Isco Alarcón, que salió una vez del terreno de juego, regresó al césped y de nuevo volvió a echarse al suelo para terminar pidiendo el cambio. Fue ahí cuando las cámaras de televisión recogieron un momento que hiela al beticismo. El malagueño con un aparatoso vendaje en el pie derecho, sin poder apoyarlo, y ayudado de Manu Fajardo hasta el vestuario. 

😱 El tremendo golpe entre Amrabat e Isco. #LaCasaDelFútbol #UEL pic.twitter.com/Vi9PYZsXPj

— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) November 27, 2025

Para tranquilidad de los béticos, y por aferrarse a la esperanza, el golpe se produjo en el tobillo derecho, mientras que la lesión que sufrió Isco Alarcón en agosto fue en el izquierdo. Habrá que esperar la evolución de los próximos dos días y si se queda finalmente en un golpe para conocer si llega o no al derbi. Por el momento, las alarmas encendidas. Él y Amrabat en seria duda.