El Real Madrid tiene un problema con Jude Bellingham y Vinicius. El inglés está cometiendo los mismos errores que el brasileño y ya es uno de los jugadores con más tarjetas de la plantilla. Es más, son los dos únicos jugadores que han visto la roja esta temporada en el club blanco junto a Mendy.
El mediocentro de Birminghan vio la tarjeta roja en el Sadar después de menospreciar a Munuera Montero. Pese a la duda de si dijo 'fuck off' o 'fuck you', ambas expresiones son sancionables tanto en la Premier League como en nuestro país.
En lo que llevamos de temporada, Jude Bellingham ya acumula siete tarjetas amarillas y una roja. En Champions League está apercibido y en LaLiga EA Sports ya se ha perdido un partido por acumulación. A esto se le suma la posible sanción de dos partidos, si se interpreta como menosprecio, o doce partidos, si es visto como un insulto.
Con Vinicius pasa lo mismo. El brasileño lleva ya once tarjetas amarillas y una roja. También esta apercibido en Champions y ya se perdió un partido por sanción. En LaLiga EA Sports se ha perdido tres partidos, una por el ciclo de tarjetas y dos por su expulsión en Mestalla.
Si vemos los datos de la temporada, Vinicius tuvo menos tarjetas que las que lleva esta temporada, acumulando tan sólo once amarillas. Eso sí, en las siete temporadas que lleva en el Real Madrid, el brasileño suma 58 tarjetas. Bellingham sumó nueve tarjetas amarillas y una roja. En total, 38 amarillas y tres rojas en las últimas dos temporadas.
Jude Bellingham es un jugador que va al máximo en todos los partidos. Pese a ello, las tarjetas que acumulan son en su minoría por faltas. De las siete que lleva esta temporada, cinco de ellas han sido por protestas o encararse con rivales. A estas hay que sumarle las sanciones de las que se ha salvado, como su 'fuck you' en el derbi madrileño o su 'You're a piece of shit (Eres un pedazo de mierda)' a Munuera Montero que no escuchó el colegiado.
Cómo ha desvelado 'el periódico de España', el 55% de las tarjetas que ve Bellingham son por protestas o enzarzarse con los rivales. Una muestra de que su juventud le hace perder los papeles en algunas ocasiones y que, en caso de no controlarse, cada vez será peor pues los árbitros ya le han cogido la matrícula.