Buen fútbol en el Ruta de la Plata pero el alirón azul tendrá que esperar
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Más de 5.000 personas se dieron cita esta tarde en El Ruta de la Plata para presenciar el encuentro entre el líder de la categoría y un Zamora que lucha por la permanencia. El partido suponía el broche a una fiesta e intercambio entre las aficiones que ya comenzaba en las calles de la ciudad desde bien temprano. Locales y visitantes disfrutaban de menús a precios especiales, de la Feria de la Tapia, y de una temperatura envidiable. Grupos tradicionales de Zamora se unían a la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo en un desfile que se unía al color de los más de 3.500 aficionados azules desplazados.
Sin sorpresas en el plantel titular de Sergio Egea, que cumplía las quinielas y cubría las bajas como era de esperar con Diegui y Charlie en la defensa, y Roberto Aguirre, por su parte, mantuvo a Carrillo y a Aarón, que eran duda, en el once titular.
Antes del comienzo se guardó un respetuoso minuto de silencio por el ex jugador del Zamora, Luis María Merayo, fallecido esta semana y por los abuelos de dos jugadores de la plantilla local.
El inicio del partido tuvo ritmo y bastante toque por parte de los visitantes pero sin que la portería del Zamora pasara peligro.
Pasados los 20 minutos, el Real Oviedo tuvo dos ocasiones seguidas en las que primero Sergio García, y luego Dioni, desaprovecharon la oportunidad de poner por delante al equipo azul. Ambas acciones nacieron de robos de balón en la medular del área, pero acabaron con tiros a puerta sin peligro. Sin embargo, minutos después, y en una acción también fruto del contraataque, Sergio García fusiló desde la frontal del área a Miguel, que nada pudo hacer ante el disparo del zamorano. Un pase en largo de Erice dejaba al delantero con todo de cara para rematar y esta vez no falló.
El Zamora generó ocasiones a través del balón parado, pero sin demasiado problema para la portería de Esteban. Apenas cinco minutos después de abrir el marcador, llegaba el segundo gol en una jugada personal de Borja Valle. El jugador azul, que volvía al campo en el que debutó con la Ponferradina, robó un balón en el pico del área ante la pasividad de la defensa, regateó y batió por el palo corto al guardameta rojiblanco.
Al descanso el Real Oviedo había puesto distancia en el marcador materializando las dos ocasiones claras que tuvo, y eso hizo que el inicio de la segunda parte fuera más de lo mismo. Los de Sergio Egea controlaron los tempos del partido y se hicieron con el partido en el centro del campo ante un Zamora que se mostraba exahusto por el esfuerzo. El tercer gol era cuestión de tiempo y repitió protagonistas. Erice, magistral de nuevo, pone un balón en largo ante un buen desmarque de Sergio García, al que tapa un defensa para que no remate. Borja Valle se cuela en el área, y, colocándose entre el defensa y el portero, mete la puntera para sorprender a Miguel y colar la pelota en la portería zamorana.
Egea repartió minutos con la entrada de Eneko y Generelo por Susaeta y Omgbá respectivamente, mientras que Aguirre retiró del campo a Aarón, que había sido duda hasta el inicio del encuentro, dando entrada a De la Nava.
No quedaron ahí los cambios; Cristian y Fran Ochoa dejaron su puesto para que Sergi Mut y Salva Rivas oxigenaran a un Zamora que ponía más corazón que fútbol en el campo. Sin llegar a bajar los brazos, se empezaron a notar las imprecisiones y el agotamiento de un equipo que tiene por delante la difícil hazaña de mantenerse fuera de un descenso que está en un puño. Algún tiro lejano y balón al área hicieron que el Oviedo no saliese por completo de su mitad de campo y que los locales no pasaran más apuros. A pocos minutos del final Charlie cortaba providencial un contraataque, y el córner fruto del despeje del inglés era rematado por Salva Rivas pero el balón se iba por encima del larguero.
No acabaría ahí la fiesta de goles porque en el minuto 85 Dioni encontró premio al trabajo de todo el partido, y en una jugada personal por la banda derecha, disparaba al palo largo batiendo de nuevo a Miguel. Los locales acabarían marcando a un minuto del final, en un desmarque perfecto entre los centrales de Manu Gavilán, que batía a Esteban en el añadido y ponía en el marcador el definitivo 4-1.
Parte de la afición zamorana acabó pidiendo la dimisión del técnico, Roberto Aguirre, mientras que la visitante celebró con los jugadores la victoria que deja en bandeja el campeonato. Antes de abandonar el campo, la grada local también tuvo tiempo para aplaudir al Real Oviedo en el que puede ser su último cruce en esta categoría.