Una alfombra muy dañada
El Real Oviedo consiguió una nueva victoria este domingo ante Osasuna (1-0) en un encuentro que estuvo marcado por el deplorable estado del césped del Carlos Tartiere. El partido, que llegó a estar en riesgo de ser suspendido, anunció su inicio poco más de diez minutos antes del mismo, un dato que no pasó desapercibido para nadie. Una alfombra muy dañada.
Restaba una hora para comenzar y las primeras dudas llegaban. Las fuertes lluvias vividas durante el día habían dañado el césped carbayón notablemente y los colegiados del partido no paraban de comprobar, tramo a tramo, el estado del mismo.
La duda existía en el ambiente y los aficionados, agarrados a la radio, buscaban respuestas. A pesar de los grandes charcos, creados sobre todo en la banda de banquillos, los operarios encargados del cuidado del verde se esforzaron al máximo, los equipos saltarían a calentar puntuales y los árbitros, tras una última comprobación, dialogarían con los capitanes y darían el OK al inicio.
El resto de la historia ya se conoce y, por suerte, sólo Saúl Berjón se marchó con ciertas molestias del campo. Un encuentro marcado por el clima y por una alfombra muy dañada.