2018 no pasará a la historia del Oviedo
El año 2018 toca a su fin y es época de hacer balance. Ha sido un año más para el Real Oviedo en lo deportivo. La temporada pasada finalizó con la frustración de quedarse a un gol del play off y la ilusión llegó con la renovación de Anquela y la construcción de un proyecto continuista, que no está teniendo el resultado quizá esperado hasta el momento. El año termina con dudas en torno a la figura del entrenador, aunque con el mismo en el puesto, algo que estuvo a punto de cambiar. En lo que se refiere a lo extradeportivo, ahí sí que llegan las buenas noticias, en el apartado económico, con la fuerte y mantenida apuesta de CARSO, que limpia en este ejercicio toda la deuda del club.
El año deportivo comenzaba bien, igual que terminaba 2017. Entre ese diciembre y enero, los azules acumularon 10 partidos sin perder, con resultados como los empates en casa del Huesca, con un gran gol de un Aarón que ya no está en Oviedo, y del Rayo, con un disparo de Rocha al poste en el descuento. Dos equipos que a la postre acabarían ascendiendo directamente.
El Oviedo llegaba lanzado al mes de febrero, en la tercera posición a tan solo dos puntos del Cádiz, que por aquel entonces marcaba el ascenso directo. Un mes de febrero que tenía una fecha marcada en rojo. Concretamente la del día cuatro. El derbi asturiano volvía al Carlos Tartiere 15 años después.
El Oviedo venció por 2-1, con doblete de Mossa, dos auténticos golazos, y la locura se desató en la capital del Principado. Arturo Elías estaba en un Tartiere en el que se vendieron todas las entradas, aunque no se llenó el campo y que fue una auténtica caldera. En las horas previas la ciudad se tiñó de azul, con un espectacular corteo desde el hotel hasta el campo. La victoria desató la euforia porque encima el Oviedo empataba a puntos con el Cádiz, equipo que estaba segundo.
Pero a partir de ese resultado, y del partido siguiente la dinámica cambió. No se sabe si fue el efecto post derbi o el convulso partido del Carranza, en el que el Oviedo acaba cayendo después de ponerse por delante y de jugar con un hombre menos durante más de la mitad del partido. Llegó el bache. Cinco partidos consecutivos sin ganar frenan el optimismo y alejan al Oviedo del ascenso directo.
La irregularidad comenzó entonces a marcar el devenir del conjunto azul, que alternaba victorias claras con derrotas inesperadas. La categoría mostraba sus peculiaridades y ocho equipos se acumulaban en cuatro puntos, en las posiciones colindantes al play off.
Las derrotas en Pamplona y León, ante un equipo que acabaría descendiendo, lastraron demasiado en las últimas jornadas, en las que las victorias en casa no pudieron corregir lo perdido a domicilio. El Oviedo llegó aun así vivo a la última jornada y por un gol no fue capaz de dar el pasito necesario para llegar al play off. Las sensaciones no fueron del todo malas, pero la ilusión ahí se quedó.
Desde el mismo día se apuesta por continuar con el proyecto, renovando a entrenador y director deportivo al momento. El verano muestra dos líneas claras a la hora de la planificación de la nueva plantilla. Dos líneas que además corrigen errores a los que Anquela se había referido durante la pasada campaña. Se apuesta por una plantilla corta, de 19 hombres, ante la plantilla larga de la otra temporada y por el mercado nacional; sin acudir a competiciones exóticas, salvo casos contados y justificados a por jugadores.
Se realizan importantes apuestas en el ya mencionado mercado nacional, como Joselu o Tejera y también esas operaciones concretas del extranjero, como Bárcenas, Alanís o Ibrahima.
Los planes de la pretemporada planteaban un ligero cambio de estilo en el libro de Anquela, con una interesante apuesta por el balón y el centro del campo. Una apuesta que gustó en el arranque, pero que rápido se fue desechando cuando los resultados no acababan de llegar. Fue un comienzo extraño, con el Oviedo perdiendo partidos en casa y ganándolos fuera. Bofetadas importantes sacudieron a los carbayones como el 0-4 ante el Zaragoza o el 4-0 de Riazor. El Oviedo también cayó derrotado en casa del colista, ante el Nástic.
Y en medio de todo ello, llegó nuevamente el derbi al Tartiere. Los azules llegaban en una horrible dinámica, como el Sporting, con la sensación de que los banquillos también se la jugaban. Todo ello quedó de lado en una nueva jornada festiva, que acabó con la victoria por 2-1.
El mes de diciembre para finalizar fue muy malo, con dos puntos de 12 posibles y con Anquela manteniendo el puesto, algo que estuvo a punto de cambiar. El técnico arrancará 2019 al frente del equipo, con el objetivo de redirigir el rumbo en cuanto a los resultados, ya que las sensaciones no están siendo del todo malas. Un 2019 al que también se le pide suerte desde la enfermería. Los carbayones están acusando en exceso las bajas, en una plantilla corta de efectivos.